Un individuo fue condenado ayer jueves a 40 años de prisión por planear y ejecutar el asesinato de su exesposa y un amigo de ella.
Así lo determinó el Tribunal de Juicio de Alajuela en el fallo que sentenció a Douglas Fernández Álvarez por dos delitos: uno de homicidio calificado y otro de homicidio simple.
Al sujeto se le atribuyeron las muertes de Lucy Ramos Morales, de 30 años, y Jonathan Ramírez Fennel, de 33.
El hecho que se juzgó tuvo lugar el 18 de noviembre del 2012 en una vivienda en la urbanización Las Palmas de Rincón Chiquito de La Guácima, cantón de Alajuela.
Razonamiento. El juez Alex Víquez, al explicar las razones por las cuales se condenó a Fernández, manifestó que durante el debate se probó que había suficientes elementos para tenerlo como responsable de los hechos que le atribuyó el Ministerio Público.
Explicó que en principio descartaron que entre Fernández y Ramos existiera algún tipo de relación, como lo quiso demostrar la defensa durante el juicio.
“Ellos tuvieron una relación tiempo antes, pero debido a los problemas, Lucy puso distancia y se trasladó del domicilio en Desamparados (San José) a Alajuela, y luego a Rincón Chiquito. Para el Tribunal, está claro que ese no era el domicilio de la pareja”, afirmó.
El juez Víquez agregó que lo anterior descarta el argumento de que los mató porque cuando llegó halló a su exesposa con su amigo en la cama de su hija. “Eso no es cierto. Esa casa no era de él, no era el domicilio conyugal”.
Para el Tribunal, Fernández sabía desde hacía tiempo que su exesposa mantenía una relación con Ramírez pues en una ocasión la había agredido por esa razón. “Tampoco estamos en presencia de una situación sorpresiva. El día de los hechos, el acusado, quien se encontraba en San José, mantuvo contacto permanente (mediante mensajes telefónicos) con una persona que estaba dentro de la casa de Lucy. Ese amigo de la mujer era una especie de espía y le informó sobre lo que pasaba dentro de la vivienda”, dijo Víquez.
Tras conocer que la mujer se encontraba con Ramírez, Douglas Fernández viajó a Alajuela, pero luego se devolvió a Desamparados, donde consiguió un arma de fuego y, además, contactó a otro amigo para que lo protegiera.
Este segundo sujeto, según los jueces, llegó a la casa de Ramos, verificó que la puerta estuviera abierta, y le avisó a Fernández que podía ingresar. Todo lo anterior lo supo el Tribunal pues la persona que estaba dentro de la casa de la mujer fue el testigo principal de la Fiscalía durante el debate.