El médico, de apellido Vargas Scott, aseguró que la exmodelo Cristina García Chacón, de 46 años, aceptó inyectarse una sustancia en sus glúteos, pese a que conocía del riesgo que esto implicaba.
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La afirmación la hizo el imputado durante el segundo día de juicio que se lleva en su contra en el Tribunal Penal de Pavas, en San José.
Él es querellado por lesiones culposas porque, según García, ese procedimiento (realizado en setiembre del 2011 y que pretendía rellenar unos camanances que tenía) le deformó las nalgas. Por este caso, García solicita ¢143 millones para resarcir el daño.
"En la querella se dice que no había un consentimiento informado, pero quiero dejarles bien claro que hay un dictamen médico legal donde se transcribe palabra por palabra el consentimiento informado, que, inclusive, fue firmado por la paciente", indicó.
Cuando la abogada de García, Raquel Castellón, le consultó si en aquel momento él le explicó a la ofendida cuáles eran los riesgos, el médico respondió: "No recuerdo, fue hace seis años. No recuerdo, pero de lo que estoy seguro es de que yo le explico a mis pacientes que puede haber reacciones adversas, efectos secundarios, que puede producirse un rechazo al cuerpo extraño (la sustancia inyectada). Creo que es suficiente.
"Yo veo a cinco o seis personas todos los días y no recuerdo palabra por palabra de la conversación que tuve con ella (García), pero sí le explico a todos mis pacientes que puede haber reacciones alérgicas", aseveró el doctor.
El doctor Vargas insistió en que "una parte que no le quedó clara de la querella" es que, pese a que tenía complicaciones en su salud, García regresó meses después (en el 2012) para que él le aplicara más producto.
"Eso da a entender que entendió perfectamente (de los riesgos que había) y que estaba de acuerdo con eso (...) Ella fue porque quería mejorar un poco más su aspecto y por eso accedió a ponerse un poco más", aseguró Vargas.
Sacudida. Asimismo, en su declaración, el doctor se defendió al asegurar que él le inyectó un acido hialurónico a García y no una sustancia, llamada polimetilmetacrilato (PMMA), la cual es prohibida en el país.
La aclaración la hizo porque en la querella se indica que Vargas le aplicó 750 centímetros cúbicos de PMMA en ambas nalgas a la paciente; sin embargo, él lo rechazó categóricamente al decir que "no hay forma de probar que yo le introduje esa sustancia a la paciente".
Además, señaló que ella tuvo esa complicación porque se le infectó la herida y adquirió una bacteria.
"Eso produjo esas fotos tan feas que presenta la querellante, pero eso no es atribuible a mí, porque yo no realice esa cirugía. Fue en México donde ella se hizo ese procedimiento y no es culpa mía que ella haya reaccionado de esa forma ante el relleno.
"En eso el Consejo Médico Forense es muy claro en decir que la cicatriz es causada por la bacteria y, segundo, que eso no es mi responsabilidad", apuntó.
Por último, el doctor también refutó que la querella diga que él realizó ese procedimiento, pese a que no es cirujano plástico.
Según dijo, ese tratamiento lo puede realizar cualquier médico que se haya capacitado en el tema.
"Ninguno de esos procedimientos son exclusivos de la cirugía plástica (...) Los procedimientos estéticos no son exclusivos de los cirujanos plásticos; también los practican los dermátologos, odontólogos, ginecólogos.
"Porque, sino es así, eso significaría que, si se va por la calle y una señora está dando a luz, tienen que llamar únicamente a un ginecólogo y no a mí. Yo no podría. Si la señora jueza queda embarazada y va al ginecologo, él no le puede hacer un ultrasonido porque no es radiólogo. ¿Me entiende el punto? Es una cuestión de que no nos podemos poner en exclusividades de que un procedimiento sea de una especialidad o de otra", concluyó.