Una mujer que trabajaba como secretaria de la Embajada de Ecuador en Costa Rica fue condenada ayer a cinco años de prisión por provocar un incendio que consumió el segundo piso de esa sede diplomática.
Tras un proceso penal que se inició el 5 de agosto, el Tribunal Penal de Pavas determinó que María Solano Bustos fue la autora del fuego que se inició alrededor de las 5 a. m. del 21 de noviembre del año pasado en la Embajada.
Para llegar a la decisión, los jueces tomaron en cuenta el informe de peritos del Cuerpo de Bomberos, que analizaron el lugar del crimen y determinaron que se trataba de un incendio provocado.
De acuerdo con los expertos, encontraron “puños” de papel periódico impregnados con combustible en varios puntos de la sede diplomática.
Detallaron que estos fueron hallados en la primera planta, mientras el fuego solo se extendió por el segundo piso.
Además, los bomberos señalaron que quien lo hizo logró ingresar al inmueble sin forzar las puertas pues estaban sin seguro. Esto implicaría que alguien del personal –todos tenían llaves– las abrió.
La secretaria, en una llamada que hizo a las 5:04 a. m. a su superior, relató que estaba en la embajada y que escuchaba pasos de alguien en la segunda planta.
Solano, quien cumplió 43 años ayer y tiene un hijo de 20 años, afirmó que llegó temprano a la delegación diplomática para ejercitarse en La Sabana y que, una vez ahí, hizo la llamada cuando oyó los ruidos en el segundo piso.
Sin embargo, los jueces señalaron que los registros de emergencias muestran que las primeras llamadas por el incendio se produjeron a las 5:01 a. m., tres minutos antes de que Solano hablara con su superior.
Además, una cámara de vigilancia en una gasolinera de Tibás muestra a la mujer comprando gasolina en botellas alrededor de las 4:30 a. m.
Defensa. Los jueces indicaron que la defensa de Solano no intentó negar que ella provocara el incendio, sino probar que ella carecía de la capacidad de comprender lo ilícito de sus actos.
Para esto, sus abogados argumentaron que la mujer era víctima de cansancio agudo –provocado por falta de vacaciones y exceso de trabajo– y que padecía acoso laboral por parte de su superior, el cónsul ecuatoriano.
Sin embargo, tras entrevistar a la mujer y hablar con otros miembros de la delegación, los jueces comprobaron que sí tuvo vacaciones, que de hecho su carga laboral se había reducido y que no había evidencia de acoso laboral.
La mujer fue condenada a cinco años, el mínimo por el crimen de incendio simple pues los jueces consideraron que es una persona joven, madre y sin antecedentes.
La Fiscalía había solicitado que se le condenara por incendio con fines terroristas, pero los jueces argumentaron que no hallaron fundamentos para ello.