"No puedo andar tranquilo, no puedo dormir bien, siempre pienso que me van a matar, no sé qué hacer".
Esa fue la respuesta que le dio un hombre a la Fiscalía, cuando le consultó cómo cambió su vida desde que una banda limonense intentó matarlo a balazos.
En esa organización está involucrado Dinier Estrada Jiménez, conocido como Ojos Bellos.
El ataque ocurrió la noche del 29 de julio del 2014, en barrio Pacuare, en Limón.
Esa noche, cinco sujetos bajaron de dos vehículos y, armados con al menos dos AK-47 y escopetas, dispararon en 121 ocasiones en contra de la vivienda. Además, lanzaron una granada que no estalló.
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El ofendido, de apellido Johnson, de 30 años, declaró este viernes en el juicio contra los hombres que supuestamente realizaron el atentado.
Su testimonio lo dio a través de viodeoconferencia, pues permanece en un lugar que no se puede revelar, al estar en el sistema de protección de testigos.
Al dar su declaración, a la víctima se le quebraba la voz e incluso rompió en llanto, por lo que el juez suspendió durante 10 minutos el interrogatorio para que se tranquilizara.
Johnson recordó que observó la granada cuando fue lanzada a la vivienda y luego escuchó una ráfaga de disparos.
Asimismo, aseguró que él vio a los imputados y con ese proceso judicial lo único que espera es que haya "justicia, que paguen lo que han hecho".
Pago por desistir
Además de Dinier Estrada, en este proceso judicial figuran José Manuel Kelly Rojas (presunto líder en ese momento de la banda) y otros apellidados Casanova, Green, Clayton y Maxwell.
De acuerdo con el testigo, Kelly, quien es conocido como Chitá, le ofreció dinero o droga a cambio de firmar unos documentos, en los cuales desistía de la causa.
Los papeles los firmó, pero no tuvieron efecto, pues él denunció la situación y decidió seguir con el proceso.
Sin embargo, Kelly Rojas fue separado ayer del juicio y deberá ser juzgado por aparte ,debido a que un dictamen judicial establece que no está en condiciones psicológicas para someterse al proceso.
A Kelly le mataron a su esposa e hirieron a sus hijos de 8 y 3 años, el pasado martes, en una balacera en Matama de Limón, que cobró cuatro vidas.
Por esa razón, el tribunal determinó que debe quedar excluido en este debate.
Chitá llegó a la sala de juicio bajo fuerte custodia policial, pues está en el programa de protección de testigos.
Extrema seguridad
El juicio es dirigido por el Tribunal Penal de Limón, pero fue trasladado a los Tribunales de Goicoechea por razones de seguridad.
Una veintena de agentes judiciales vigilan a los imputados, fiscales y jueces.
El fiscal Luis Quesada solicitó al Tribunal que el juicio sea declarado privado, al alegar que es de alto riesgo.
"Podemos ver el despliegue de seguridad. Eso es delicado. Permitir que entren terceros es una contradicción a la seguridad. No sabemos sus intenciones", argumentó el fiscal.
No obstante, la petición fue rechazada por los jueces, quienes le indicaron al fiscal que más bien se contradice al decir que hay mucha peligrosidad, pero mucha seguridad.