Durante la última década, el poderoso narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán, cabecilla del cartel de Sinaloa, utilizó a costarricenses para mover cocaína por territorio centroamericano.
El sangriento cartel que lideraba el mexicano hasta el sábado pasado –cuando fue apresado en su país– también ha enviado a sus representantes a supervisar las actividades delictivas aquí. Muchos de esos extranjeros fueron aprehendidos por las autoridades de Costa Rica.
Los primeros rastros del cartel en nuestro país se remontan a finales de la década de los 90, cuando se detuvo a algunos transportistas con cargamentos de cocaína aparentemente pertenecientes a esa organización narco.
Sin embargo, la presencia del cartel en suelo tico fue evidente en marzo del 2007, cuando el Ministerio de Seguridad dio a conocer que el cartel reclutó a narcos locales, quienes compraban barcos pesqueros y contrataban a pescadores para el trasiego de la coca por mar.
En ese mes, la Policía capturó a un costarricense de apellido Venegas como líder de uno de los grupos nacionales.
Con el paso de los años, la penetración se hizo más notoria, tanto que, recientemente, la Policía señaló al costarricense Alejandro Jiménez, alias Palidejo (recluido actualmente en Guatemala), como una pieza clave para la organización mexicana en Centroamérica.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó ayer que la Sección de Estupefacientes “realiza algunas investigaciones sobre células de dicho cartel de la droga que podrían estar funcionando en nuestro país”.
Muy rico. El Chapo era el narcotraficante más buscado por México y Estados Unidos. Su fortuna se ha estimado en $1.000 millones y, según Forbes, es uno de los hombres más ricos del planeta.
Mario Zamora, ministro de Seguridad Pública, explicó que los carteles mexicanos robaron terreno a los colombianos en Centroamérica a inicios del 2000. El funcionario indicó que, efectivamente, estos grupos han optado por alianzas con narcos aquí.
El jerarca agregó que, usualmente, la participación de nacionales se da en puestos bajos. “Estamos esperando ver qué sucede con el caso de alias Palidejo, que ya habla de un costarricense en estratos intermedios”, manifestó.
No obstante, Zamora resaltó que existe una traslación de las operaciones a la vía marítima en lugar de terrestre, y que, por eso, ha disminuido la cantidad de droga que se transporta por suelo tico.
Ruta de paso. El ministro Zamora y autoridades de la Policía de Control de Drogas (PCD) coinciden en que Costa Rica es una ruta de paso para los carteles.
También coincidieron en que la mayor cantidad de droga pertenece al de Sinaola.
De acuerdo con sus reportes, y con los casos publicados en el país, los grupos instalan bodegas para guardar los cargamentos y luego transportarlos a Norteamérica en furgones u otros medios.
Si embargo, en diciembre del 2010 el entonces representante aquí de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Phil Springer, afirmó que esa organización ya tenía una base de operaciones en Costa Rica y que este ya no era un país solo de tránsito.
Sobre eso y el impacto de la caída de Guzmán, se intentó conversar con el director del OIJ, Francisco Segura, y con el fiscal general, Jorge Chavarría; no obstante, las oficinas de prensa de ambas entidades comunicaron que ellos no se encontraban disponibles.