Un costarricense compró, hace dos meses, una finca en Limoncito de Cutris de San Carlos, en donde una célula narco instaló dos helipuertos y enterró armas pesadas, que fueron descubiertos por la Policía el 8 de octubre.
La propiedad, ubicada en una zona montañosa, mide 173 hectáreas. Allí aparecieron 17 AK-47, un lanzacohetes, cuatro pistolas, tres fusiles M-16, 1.000 municiones y 20 estañones de gasolina.
Según consta en una escritura presentada desde el 5 de setiembre al Registro Nacional, de la cual La Nación tiene copia, ese terreno fue adquirido en ¢20 millones, en efectivo, por José Antonio Marín Navarro, un vecino de Guácimo de Limón.
La finca estaba inscrita a nombre de la firma Siles y Ocampo S. A., cuyo apoderado es un ganadero de Ciudad Quesada (San Carlos) de nombre Roberto Siles Ocampo, quien la compró en febrero del 2011 y pagó, esa vez, ¢50 millones a los antiguos dueños.
Consultado por este diario, Siles comentó ayer que prefería no referirse a la forma en que vendió su propiedad hace dos meses, pero sostuvo que a él solamente lo contactaron –no dijo quiénes– vía telefónica y le ofrecieron pagarle ¢20 millones por el inmueble.
Por otro lado, Siles manifestó que desconocía que en esa propiedad estuvieran funcionando helipuertos clandestinos y añadió que no se enteró de ello hasta que lo llamó un funcionario del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
“No quiero complicarme. Ya lo que dije, se lo dije al Organismo de Investigación Judicial. Eso fue un negocio como todos. Ellos llegaron y me pidieron información. La vendí porque no la necesitaba, era una finca abandonada”, afirmó Siles.
Comprador. José Antonio Marín Navarro, de 25 años de edad, fue quien adquirió la propiedad de Siles, según aparece en la escritura N.° 122 del protocolo de la notaria Grace Marie Robinson Arias.
En ese documento, se consigna que Marín es un “comerciante” y registra su domicilio 300 metros al sur del Colegio Nocturno de Guácimo de Limón.
Un equipo de este diario fue al sitio a buscarlo, pero en esa dirección lo único que hay es una calle de lastre que se dirige a un guindo, por donde pasa un río.
También, se intentó localizar a sus padres en El Cairo de Siquirres, pero la propiedad donde vivían está en venta. Vía telefónica, la madre de Marín expresó que desde hace meses no sabe nada de él. Lo última vez que habló con su hijo fue mediante una llamada desde un teléfono público. Él le dijo que trabajaba en Pérez Zeledón.
Hipoteca. El 22 de agosto, dos semanas antes de que Roberto Siles vendiera la finca en Cutris de San Carlos a José Antonio Marín, la hipotecó. Según el Registro Nacional, Siles obtuvo un préstamo por ¢23 millones con el Banco de Costa Rica, pagadero a 15 años y con una cuota mensual de unos ¢270.000.
Tras la venta del 5 de setiembre, Marín aceptó recibir la propiedad con todas las anotaciones y afectaciones que la finca tenía en ese momento, incluida la hipoteca por los ¢23 millones. Colaboró el corresponsal Édgar Chinchilla.