Era una doctora eminente. Dividía su tiempo entre atender a menores con cáncer en el Hospital Nacional de Niños, impartir clases en la Universidad de Costa Rica y viajar por el mundo impartiendo conferencias.
Por esta labor visitó Inglaterra, España y la India; hizo pasantías en el Memorial Hospital de Nueva York y el Vall d’Hebron de Barcelona. También, trataba a niños con cáncer en Honduras y Paraguay.
No obstante, todo eso quedó en el pasado luego de un accidente de tránsito y ahora esta especialista en oncología pediátrica quirúrgica tiene dificultad incluso para decir su nombre: Sonia Salas Valverde.
Aquel percance ocurrió el 25 de julio del 2011, cuando Salas viajaba en su vehículo hacia el Hospital Max Peralta, en Cartago, para realizar una operación.
Ella iba por la avenida 10, calle 2, en el centro de San José, cuando un autobús golpeó el costado izquierdo de su carro, lo arrastró y lo prensó contra un poste de luz.
Las autoridades dijeron que al parecer, el conductor del bus, de apellido Quirós, irrespetó un semáforo que estaba en rojo.
Salas quedó entre las latas retorcidas hasta que los bomberos lograron sacarla y, desde entonces, su futuro se truncó.
Pese a que han pasado cuatro años y medio desde aquel incidente, la doctora y su familia continúan esperando una sentencia por este caso.
La Fiscalía de San José presentó una acusación por lesiones culposas hasta el 5 de enero del 2014 en la que solicita, se declare la responsabilidad del chofer y de la empresa que tiene la ruta de San Rafael Abajo de Desamparados.
El juicio fue programado para el 14 de enero de este año en el Tribunal Penal de San José; sin embargo, el 12 de enero, ese despacho suspendió el debate.
El Tribunal basó su decisión en que, para la misma fecha, tenía programada la continuación de otro debate. Asimismo, el abogado defensor del imputado tenía que asistir a una audiencia preliminar de otra causa, en la que hay privados de libertad. Estos casos se tratan con mayor celeridad.
“En aras del trámite prioritario que se debe dar a los asuntos en los que figuren como acusados personas privadas de libertad se cancela el señalamiento”, se lee en la decisión del Tribunal.
El juicio fue reprogramado, pero para el 9 de febrero del próximo año.
La oficina de prensa del Poder Judicial indicó que los juicios se señalan según la agenda de cada tribunal.
Como una niña. Aunque Salas tiene hoy 46 años, se comunica como si fuera una niña.
Luego del choque, ella estuvo por tres semanas en coma en el Hospital San Juan de Dios.
Un dictamen médico forense indica que tiene “gran limitación para expresarse. Dificultad para seguir instrucciones sencillas. Pérdida del 70% de la capacidad orgánica por un síndrome cráneo encefálico. Epilepsia”.
Su padre, Rodrigo Salas, de 83 años, reconoce que lo más difícil de esta situación es la dificultad que tiene su hija para comunicarse.
Durante una entrevista que La Nación tuvo con esta familia, la médica solo pudo decir: Sí, no y Escazú. Además, en un papel escribió una fecha: 25 de julio, día en que sufrió el accidente.
"Yo estaba muy satisfecho con la vida que había vivido (...). Prácticamente no tenía mucho interés en seguir viviendo, pero con esto todo cambió; es como si tuviera una nueva hija, porque es dependiente. Ahora requiere de mi apoyo", expresó el padre de Sonia.
La madre de Sonia, Venus Valverde, de 71 años, no sabe si algún día va a poder superar la noticia del fatal accidente.
"Yo todavía no he superado la etapa de pérdida, de pensar que: esto no puede ser. Francamente espero superarlo algún día. Es que esto fue un golpe tan de repente, que le den a uno una noticia como esta un día... que lo dejan a uno tambaleándose", contó Venus Valverde, con un sentimiento de dolor y un tono pausado.
Ahora, Sonia Salas vive con su hija Paula, de 24 años, en Escazú. Sus padres, ambos adultos mayores, están al pendiente de ella.
“Los niños del Hospital (Nacional de Niños) todavía la llaman. Salvó a muchos”, destacó con orgullo la madre de la doctora.
La familia reclama un castigo penal y una indemnización de ¢922 millones, debido al alto grado profesional de la doctora, explicó el abogado que los representa, Juan Diego Castro.