Las malas condiciones de infraestructura en el ámbito F (Máxima Seguridad vieja) de la cárcel La Reforma, en Alajuela, no promueven el fin resocializador de la pena; por el contrario, "despersonalizan" a los reos que están encerrados ahí.
De esa manera, Marco Feoli, viceministro de Justicia, confirmó que se ordenó el cierre definitivo de ese módulo, donde hasta este lunes había 35 reclusos. Ellos serán reubicados a otros centros penales, luego de que se les realicen los respectivos estudios técnicos. Además, el ámbito será remodelado.
Detalló que la decisión se basa en los reiterados informes del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, que lo ha calificado como un "depósito de personas".
Pero, agregó Feoli, el cierre también se ordenó luego de que él y Cecilia Sánchez, ministra de esa cartera, visitaron el ámbito hace dos semanas.
"Nosotros llegamos y nos encontramos con una infraestructura que es absolutamente violatoria de los derechos humanos. Tiende a despersonalizar a la gente que está encerrada. El tema del aislamiento es muy delicado, debe ser algo muy restringido porque genera efectos muy dañinos sobre la salud de las personas. Por ejemplo, nos encontramos con gente que ya se le dificulta hablar. Y eso es inhumano", criticó Feoli.
Este ámbito funcionó por muchos años como un espacio exclusivo para delincuentes con alto nivel de peligrosidad, en general relacionados con el crimen organizado. Empero, en el 2005, se construyó una instalación nueva (ámbito E), que es mejor conocida como Máxima Seguridad nueva.
Desde ese año, el ámbito F, conformado por 44 celdas individuales, era usado para ubicar de forma temporal a algunos reos que tuviesen problemas de convivencia.
¿Quiénes están? Según detalló el viceministro, las personas que permanecen en el módulo F tienen "características muy diferentes a las que uno piensa que puede tener la gente que está en Máxima".
Es decir, los reclusos no están ahí por haber cometido delitos gravísimos, ni por ser peligrosos. Ellos están en ese ámbito por tener problemas a lo interno del sistema (generalmente, se trata de peleas con otros reclusos).
"Cuando ocurrían estos casos, lo que hacían era enviarlos a este lugar como una medida cautelar y eso es lamentable porque nunca tuvo que ser esa la respuesta", reprochó Feoli.
Pese a que su estadía debía ser temporal, el funcionario explicó que hay gente recluida en ese módulo desde el 2012. De hecho, el ingreso más reciente a estas celdas ocurrió el 14 de junio pasado.
"Esto es exactamente igual a cuando se cerró la antigua Penitenciaría (Central de San José) o la Isla de San Lucas. Son lugares absolutamente incompatibles con los derechos humanos. (...) La pregunta que hay que hacerse es porqué no se cerró antes este módulo. La situación ahí es insostenible.
"O no se conocía o la gente que estaba al mando en el Ministerio no visitaba nunca los módulos para darse cuenta lo que hay ahí", señaló Feoli.
Lo que viene. Los jerarcas de este Ministerio se reunirán este miércoles para definir de qué manera se realizarán las reubicaciones y, también, para definir cuál será el futuro de ese "ámbito de oportunidades.
Por el momento, Feoli dijo que manejan dos posibilidades: la primera es remodelarlo para que pueda albergar a reclusos de mínima contención de esa misma prisión; la segunda es adecuarlo para indiciados (personas acusadas de algún delito) para poder ubicar algunos de los presos que están en la cárcel de San Sebastián, la cual tiene una orden judicial de cierre definitivo.
"Esto lo decidiremos en unas cuantas semanas, cuando el departamento de Arquitectura nos indique cuál es su propuesta y cuando nos diga en cuántos espacios se podría aumentar", apuntó Feoli.
Pese a que se desconoce cuánto podría valer la obra, Feoli afirmó que se costeará con el presupuesto ordinario de Justicia.