Un ambicioso proyecto promovido hace 12 años para dotar a San José de un moderno sistema de vigilancia con cámaras ya se ha quedado corto.
El plan, que empezó en 2004, pretendía tener 256 aparatos instalados en sitios estratégicos en el menor tiempo posible.
Ahora, el sistema cuenta con 170 cámaras: 131 instaladas por el Concejo de San José y 39 por Seguridad Pública, aunque estas últimas en ocasiones fallan por falta de mantenimiento. Los cuerpos policiales de ambas entidades comparten las imágenes.
Nils Ching Vargas, subdirector de la Fuerza Pública, dijo que el equipo que tienen solo les permite vigilar “una pequeña parte de la capital”. Sin embargo, hizo ver que en los lugares donde no tienen dispositivos propios, lo subsanan con el equipo de la Municipalidad capitalina.
Por su parte, Marcelo Solano Ortiz, director de la Policía Municipal de San José, consideró que la cobertura con cámaras abarca únicamente el 10% del territorio del cantón, que tiene una extensión de 45 km² y donde habitan unas 340.000 personas.
“Estamos empezando. Nos hemos enfocado en áreas de interés municipal, como cerca de teatros, hospitales, bulevares (...); nos quedan grandes áreas de la capital sin vigilancia electrónica”, reconoció el jefe policial.
Antecedente. La idea de colocar cámaras de vigilancia nació en el 2004, pero dos años después, el alto costo de los equipos (de ¢1,5 millones a ¢5 millones) limitó el proyecto gubernamental. Empero, municipios como el de San José, Alajuela, Belén, Cartago y Heredia, entre otros, retomaron la idea y emprendieron la colocación de visores electrónicos manejados por las policías municipales, pero cuyas imágenes son facilitadas a la Fuerza Pública.
El sistema ha rendido frutos especialmente en lo que es prevención y en el control de eventos masivos, como manifestaciones, carnaval, tope y vigilancia de barras de equipos de fútbol.
También están grabados hurtos, asaltos y escenas obscenas que se dan en las vías públicas. En la actualidad, el Organismo de Investigación Judicial lo usa para identificar a sospechosos de algún delito.
Trastornos. Ching dijo que de las 39 cámaras del ministerio, “algunas acusan falta de mantenimiento. Las podemos ver, pero tienen alguna situación que de pronto se va la imagen. No están siendo operables”.
Agregó que están buscando una empresa que determine a cuáles equipos se les venció la vida útil, pero admitió que el problema es la falta de recursos.
“Lo idóneo es cambiar el sistema; por eso, es importante el impuesto a las sociedades anónimas”, comentó Ching.
Por su parte, Solano expresó que con los equipos que cuentan, vigilan cinco de los seis kilómetros que conforman los bulevares, así como el Paseo Colón y gran parte de avenida segunda.
La cámaras se distribuyen en los distritos Merced, Carmen, Hospital, Catedral, San Sebastián, Zapote, San Francisco, Hatillo, Pavas y La Uruca.
Solano mencionó que, pese a las limitaciones, para este año proyectan instalar otras 100 cámaras en parques josefinos. Aunque señaló que pueden sonar a muchas, en “la capital hay 490 áreas verdes o sea, la vigilancia sería en el 20% de los parques”.