Un total de 107 africanos, de los 600 varados en la frontera de Paso Canoas, accedieron a la petición del Gobierno de Costa Rica y fueron trasladados a los dos centros habilitados para su detención y atención.
De esos, 30 son padres de familia con sus hijos, así como mujeres embarazadas y sus parejas, que fueron llevados a un recinto en Buenos Aires, a 150 kilómetros de la frontera.
Otras 67 personas son mujeres y hombres adultos, quienes se movieron el kilómetro 20 de Río Claro de Golfito.
Las cifras fueron confirmadas tanto por la Dirección de Migración, como por el ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, quien se encuentra en la zona sur.
Herrera detalló que otro grupo de migrantes, que estaba en la calle, fue movido al campo ferial de Paso Canoas, donde se mantienen con toldos.
Otros extranjeros están por su cuenta en hoteles y cabinas.
Tanto el Herrera como la viceministra de Gobernación, Carmen Muñoz, enfatizaron en que la intención del Gobierno es lograr la movilización mediante un diálogo y convencimiento.
No obstante, anunciaron que si esa vía se agota, acudirán a otras medidas, como a “la Fuerza Pública, que es una de nuestras potestades legales”, manifestó Herrera.
Muñoz por su parte indicó que “el tema de ir o no a los centros no es optativo, tarde o temprano tendrá que garantizarse; sin embargo, por la naturaleza de este tipo de migración y para evitar el uso de la fuerza, se ha desplegado un amplio diálogo”.
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Los dos recintos abiertos tienen capacidad para 320 personas. Cuentan con alimentación, agua, luz, teléfono, camarotes y áreas verdes.
Los 600 africanos que llegaron a la frontera desde el 13 de abril pretenden continuar hacia Norteamérica. Provienen de países como Congo, Mali, Senegal, Ghana, Costa de Marfil, Guinea, Mozambique, Togo y Burkina Faso, que se caracterizan por ser de ingresos bajos y tener guerras civiles y gobiernos dictatoriales.
¿Qué sigue. Hasta la tarde dl martes, Migración había registrado personales, huellas dactilares y fotografías de 250 africanos.
La intención de la entidad es que, una vez que estén todos identificados, se inicien los trámites de deportación a su país de origen o a una tercera nación.
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No obstante, la viceministra de Gobernación mencionó que ese procedimiento no se puede aplicar a todos, sino que deberá analizarse cada caso.
Para verificar las identidades de los foráneos, las autoridades costarricenses hacen contacto con consulados de países africanos en México y Estados Unidos, así como con la Interpol (Policía Internacional).
Muñoz resaltó que también deberán estudiarse las solicitudes de refugio. Hasta ayer, se habían recibido 137 gestiones de ese tipo, pero todas fueron rechazadas pues los solicitantes no alegaron o no probaron que corrían peligro en sus países de origen.
Los extranjeros no pueden estar detenidos por más de 30 días, por lo cual, en caso de no resolverse su situación en ese tiempo, podrían estar libres con otras medidas como presentarse a firmar periódicamente.
Los migrantes han manifestado que su único interés en pasar por suelo costarricense es para seguir su camino a Estados Unidos, pero debido a su estatus migratorio irregular las fuerzas de seguridad han impedido su paso.
En lanchas, autobuses y automóviles, decenas de africanos han tratado de llegar ilegalmente a la frontera con Nicaragua, pero han sido devueltos por oficiales de la Fuerza Pública, Guardacostas y la Policía de Migración.
Los coyotes fueron detenidos y puestos a las órdenes del Ministerio Público. Uno de los aprehendidos fue un libanés, de apellido Zwein, quien cobraba $1.800 a cada migrante para trasladarlo de la zona sur de Costa Rica hasta Honduras.