Una caminata extrema, no solo por el riesgo que conlleva, sino porque el viajero debe estar en excelente condición física, conduce de manera ilegal a turistas desde Bajos del Toro, en Valverde Vega, hasta la laguna caliente, en el cráter del Parque Nacional Volcán Poás.
El recorrido dura seis horas y se promociona en Internet. Se hace por caminos con pendientes pronunciadas, pasando por fincas y luego ingresando por sitios no autorizados al parque.
El viaje, cuyo costo según los anuncios es de ¢6.000, culmina cuando el caminante llega a la orilla del lago, donde algunos osados descienden hasta la laguna caliente. Así se ve en decenas de fotos publicadas por los caminantes en redes sociales, como pruebas del recorrido.
Riesgo. El vulcanólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), Raúl Mora Amador, advirtió que “esos turistas” corren un gran riesgo, pues en los sitios que visitan están expuestos a emanaciones de gases tóxicos e incluso a las imprevistas erupciones freáticas.
Mora citó como ejemplo del peligro lo sucedido el 27 de setiembre del 2014 en el volcán Ontake, en Japón, que de repente hizo una erupción freática que mató a más de 50 personas que acostumbraban caminar por los alrededores del monte.
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“Eso vino a probar que las erupciones freáticas también causan muertes”, agregó.
Mientras tanto, Redy Conejo Aguilar, administrador del Parque Nacional Volcán Poás, calificó esos recorridos como prohibidos e ilegales.
“Se hacen fuera del horario oficial, por un sector de protección absoluta o restringido, interfieren con los procesos ecológicos impactándolos de manera negativa y atentan contra la integridad y la seguridad de las personas, pues se trata de sitios de alto riesgo, de difícil acceso y alta exposición a la influencia del volcán”, afirmó.
Conejo comunicó que ya se previno a unas 50 personas y manifestó que en el caso de ser reincidentes, serán puestos a la orden del Ministerio Público.
En estos casos, si ya existe una notificación por escrito, se podría abrir un proceso penal por desobediencia cuya pena es de seis meses a tres años de prisión.
Conejo destacó que en el parque se cuenta con suficiente rotulación que advierte sobre el peligro y dice cuáles son los sitios autorizados para los visitantes.
Agregó que, pese al poco personal de guardaparques, incrementarán la vigilancia para tratar de evitar esos ingresos.
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Complacen a excursionistas. Uno de los guías contactado telefónicamente por La Nación, llamado Issac, admitió que los viajes son ilegales. “En mi caso, se lo hago saber a la gente. No obstante, les gusta llegar arriba y se les lleva a sabiendas de todo eso”.
Este hombre explicó que los recorridos se hacen desde hace más de dos años y que no se promocionan abiertamente.
Sin embargo, en la web es fácil ubicar varias páginas que anuncian los viajes. Asimismo, en YouTube se han publicado videos en los cuales se ve a los caminantes llegar hasta el borde del cráter.
“Tengo entendido que hay gente que baja, pero no ha sido cuando yo voy. De hecho, eso fue lo que ocasionó algún problema ahí. Ahorita nosotros no estamos haciendo esa excursión. Tengo como unos dos meses que no voy ahí”, manifestó Issac.
Este guía afirmó que durante las giras que ha hecho ninguna persona ha resultado afectada pese a lo abrupto del terreno por donde deben caminar.
Como una medida para evitar que más gente siga llegando de manera ilegal al cráter, el Ministerio de Ambiente anunció que notificarán a los organizadores de esos viajes de que están efectuando una labor ilegal.