El Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (Unlirec) determinó que las mujeres, los niños y los adultos jóvenes fueron las personas más vulnerables a las balas perdidas.
Así lo precisaron las cifras tanto a nivel latinoamericano, como los casos sucedidos en Costa Rica y que están incluidos en el informe de mayo pasado.
En el análisis se puede extraer que en el periodo que comprendió del 1° de enero del 2014 al 31 de diciembre del 2015, en Costa Rica hubo 15 casos, con 16 víctimas. Del total de víctimas 7 eran mujeres y 9 hombres.
Igualmente, de los afectados cinco eran niños y dos adultos jóvenes (de 18 a 29 años). Ese 44% de los perjudicados resultó baleado por jugar en la calle, estar sentado en una acera o por viajar en un autobús, dice el informe de Unlirec.
El documento también hace ver que tanto en nuestro país como en los otros países latinoamericano, muchos de los hechos quedaron impunes. Los investigadores atribuyen esa situación a que los casos ocurren en comunidades muy afectadas por la violencia armada, en los cuales los vecinos tienen temor de hablar contra los perpetradores.
Según la Unlirec, una de las formas de bajar los incidentes con balas perdidas, es ejerciendo un mayor control de las armas de fuego y, al mismo tiempo, reduciendo la inseguridad.
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