Una bodega, una licorera y dos casas ubicadas en la urbanización Belgrano, en Hatillo centro, eran el centro de operaciones de una familia que se dedicaba a contrabandear licor y cigarrillos provenientes de Panamá.
La Policía de Control Fiscal (PCF), del Ministerio de Hacienda, allanó esos cuatro puntos la mañana de este jueves. Las casas y la bodega son contiguas, mientras que la licorera se encuentra a 50 metros de distancia.
En el operativo se detuvo a un hombre de 63 años, de apellidos Artavia Muñoz, quien es el líder de la organización.
Esta es la segunda ocasión en que detiene al sujeto. Hace ocho años, la bodega fue allanada por el mismo delito, contó Irving Malespín, director de la Policía Fiscal.
El hombre es sospechoso de cometer los delitos de contrabando, circulación de sustancias adulteradas e infracción a la Ley del Depósito Libre de Golfito, informó la oficina de prensa del Ministerio Público.
Malespín explicó que el grupo se encargaba de contrabandear varios licores como ron, whisky, vodka, Cacique, Baileys; y diferentes marcas de cigarrillos. Al parecer, la familia también destila y adultera licor.
En la bodega, se decomisaron: 500 botellas de licores de contrabando (que evadiaron el control fiscal y aduanero) 60 botellas de licor adulterado y 24 unidades de licor proveniente del Depósito Libre de Golfito. También se ubicaron varios estañones de plástico vacíos que, en apariencia, serían utilizados para destilar licor y adulterar las bebidas.
En la licorera se encontraron tres ruedas de cigarros y documentos afines a la investigación sobre transacciones de este tipo de mercaderías. Mientras que en la casa del imputado se decomisó 50 ruedas de cigarros de contrabando; y en la casa de una hermana hallaron documentos relacionados con la investigación. El operativo inició a las 6:40 a.m. y finalizó a las 9:40 a.m.
Irving Malespín explicó que la mercancía ingresaba en camiones por el puesto fronterizo de Paso Canoas (límite con Panamá), lo transportaban a la bodega en Hatillo y de ahí lo vendían al menudeo y a varios distribuidores. El alcohol también se comercializaba en la licorera propiedad de Artavia.
La Policía Fiscal junto con la Unidad Operativa de Dirección Funcional del Ministerio Público investigaron a esta agrupación durante tres meses.
La Fiscalía va a solicitar medidas al tribunal correspondiente para que Artavia deba presentarse a firmar una vez al mes, mantenga domicilio fijo, tenga impedimento de salida del país y prohibición para cometer nuevos delitos. La causa 16-000031-1292-PE continúa bajo investigación.
Las penas por el delito de contrabando van de tres a cinco años de prisión; mientras que la condena por destilar y adulterar licor va de uno a cinco años.