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La oficina de la Policía Internacional (Interpol) en Costa Rica alertó la semana pasada a los 190 países miembros de esa organización sobre una nueva forma de aleteo de tiburón descubierta aquí.
Se trata de una técnica en la que los animales son destazados y la carne es desechada, pero las aletas quedan unidas por una delgada piel a una parte llamada espinazo, según detalló la Interpolpor medio del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), entidad alberga ese cuerpo policial.
De esa forma, los pescadores alegan que llevan los animales con sus respectivos cuerpos.
La carne restante es tirada al mar, con el fin de dejar más espacio dentro del barco para almacenar las aletas.
Según la Policía, este método sirve a los pescadores que tratan de burlar la Ley de Pesca y Acuicultura, la cual establece una pena de “seis meses a dos años de prisión a quien permita, ordene o autorice la descarga de aletas de tiburón sin el respectivo cuerpo o vástago en los sitios donde se descargue dicho recurso, con la finalidad de vender o comercializar dichas aletas”.
El procedimiento se conoció en octubre del 2011, cuando oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas (SNG) decomisaron un producto con esas características, el cual era transportado en una embarcación.
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Caso. De acuerdo con la información suministrada ayer por Guardacostas, la modalidad se descubrió el 4 octubre del 2011 en Puntarenas, en la nave con bandera de Belice, Wang Jia Men 88.
En ese entonces, los oficiales hallaron 151 piezas de tiburón con las aletas adheridas.
La entidad remitió el caso a las autoridades judiciales.
De acuerdo con Guardacostas, un dictamen emitido por la Medicatura Forense determinó que el espinazo no puede ser considerado como vástago.
De acuerdo con la oficina de prensa del Ministerio Público, se consideró que hay prueba suficiente para presentar la acusación y que el 24 de mayo se solicitó a un Juzgado elevar el caso a juicio.
Portillo. Las autoridades de Guardacostas señalaron que la legislación costarricense deja abierto un portillo para que los dueños de la carga evadan su responsabilidad.
En el caso del barco Wang Jia Men 88, por ejemplo, la propietaria no reportó las aletas pues alegó que no iba a descargarlas, como define la ley.
Además, presentó un manifiesto en el que indicó que no tenía intención de comercializarlas, como también prohíbe la legislación.
Viviana Gutiérrez, gerente de Incidencia Política de la organización no gubernamental MarViva, coincidió con ese criterio.
“El artículo 130 (de la ley de pesca) dice que el delito es el descargue; entonces, en el transporte, la importación, si no se descarga, no hay delito”, apuntó Gutiérrez.
“Se han presentado casos en los que los barcos llegan al puerto y el capitán dice que no va a declarar los espinazos porque no va a descargarlos, que son desechos y la autoridad no puede aplicarle la ley”, agregó la funcionaria de MarViva.
El 10 de octubre del 2012, el Gobierno de Costa Rica firmó el decreto N.º 37354 - Minaet - MAG - SP - MOPT - H para prohibir la importación y exportación de aletas obtenidas con este método.
Gutiérrez consideró que ese mandato es insuficiente porque no prohíbe la importación, sino que establece que los dueños de las aletas presenten una certificación del país de origen, la cual haga constar que las aletas fueron embarcadas adheridas en forma natural al vástago.