Este jueves, científicos de la Red Sismológica Nacional (RSN) constataron la versión del guardaparques Diego Núñez en el sentido de que al caer la noche la estructura del volcán Poás se tornaba rojiza.
Según Gino González, de la RSN, a finales del 2013 se observó que el domo presentaba un incremento en la temperatura que pasó de 300 a 550 grados Celsius, pero la medición de este jueves llegó a 580 grados Celsius.
Ese fenómeno, combinado con otros, hace que al caer la noche se aprecie la incandescencia en gran parte de la estructura.
A raíz de lo anterior recomiendan a las personas con problemas respiratorios permanecer pocos minutos en el mirador, para evitar la afectación de los gases ácidos en su salud.
Después del Parque Nacional Manuel Antonio, el Poás es el más visitado del país y está abierto de 8 a. m. a 3 p. m.
De momento, según González, no representa situaciones de riesgo, pero aumentarán las observaciones y mediciones, al tiempo que aumentarán el número de estaciones sísmicas para evaluar mejor la situación del volcán.
Otras incandescencias se presentaron en 1989, el 2011 y el 2013 y generalmente duran un mes.
Surgen cuando la presión del edificio volcánico crea fisuras y crecimiento de minerales en las capas superiores por las que sale el gas ácido, el cual reacciona con el oxígeno, provocando explosiones freáticas (sin lava), que de noche brindan el espectáculo rojizo.
González indicó que la próxima semana científicos de Japón, Argentina, Alemania, Estados Unidos y otros países estarán en un congreso para analizar la concentración de gases ácidos y durante el jueves y viernes visitarán volcanes como el Poás y el Turrialba.
En relación con el Turrialba afirmó que sigue activo y con emanación de gases por los boquetes que se formaron en el 2010 y el 2012. Por el primero se han formado grietas de unos 20 centímetros de ancho, por lo que podrían darse deslizamientos que generen erupciones fréaticas, pero dentro de la actividad normal del coloso.