Un empresario guanacasteco fue detenido la mañana de este viernes como sospechoso de tener relaciones sexuales con una menor de 17 años, por lo cual pagaba ¢50.000.
La captura la ejecutaron oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) cuando el implicado se presentó a las oficinas judiciales en Santa Cruz, Guanacaste, para atender una citación de las autoridades.
La oficina de prensa del Ministerio Público identificó al sospechoso como de apellidos Merino Brenes, de 56 años, un vecino de barrio Limón. El hombre aparece como miembro de 14 sociedades anónimas, según consta en el Registro Nacional.
El Ministerio Público comunicó que la menor de 17 años formaba parte de un grupo de 10 mujeres que eran explotadas sexualmente por otra de apellidos Gutiérrez Guillén, de 39 años.
Gutiérrez también fue detenida la noche del jueves en las afueras de un hotel en el centro del cantón guanacasteco.
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Agente encubierto
Las pesquisas de este caso iniciaron hace tres meses y estuvieron a cargo de la Fiscalía Adjunta Contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes.
Durante la investigación, los agentes judiciales lograron determinar que Gutiérrez habría logrado reclutar a varias mujeres para ejercer la prostitución. Al parecer, tenía un catálogo con al menos 10 muchachas.
Supuestamente, ella promovía las chicas por medio de un archivo que enviaba por WhatsApp a personas amigas, que a su vez las remitían a terceros.
Un agente encubierto contactó a la mujer y concretó una reunión para el jueves pasado en las afueras de un céntrico hotel en Santa Cruz, con la intención de que ella le facilitara un encuentro sexual con la menor de 17 años. Fue en el momento del contacto cuando las autoridades procedieron a la captura de la implicada.
La Fiscalía comunicó que el arresto del empresario se dio porque en la investigación observaron al hombre llegar a las cercanías de la casa de la menor en un vehículo, en el cual la recogía y la llevaba a un vivienda. Presuntamente, el imputado le suministraba bebidas alcohólicas, consumía marihuana frente a ella y sostenía encuentros sexuales, por cada uno de los cuales pagaba ¢50.000.
En contra de Gutiérrez se abrió un proceso penal como sospechosa del delito de trata de personas con fines de explotación sexual.
En tanto, a Merino le atribuyen los delitos de trata de personas con fines de explotación sexual y relaciones sexuales remuneradas con persona menor de edad. Ambos casos se tramitan en el expediente 17-000830-0800-PE.
El Ministerio Público anunció que pedirá prisión peventiva contra los dos detenidos.