Niños de menos de nueve años son, para el Sistema de Emergencias 9-1-1, los que generan más llamadas falsas.
Gerardo García Murillo, vocero de la entidad, explicó que no solo alertan sobre emergencias inexistentes, sino que, en gran cantidad de casos, llaman para insultar o decir palabras obscenas a la persona que los atiende.
“El operador está capacitado para no responder a esas agresiones, sean niños o personas adultas”, afirmó .
Para María Inés Venegas, abogada del Departamento Jurídico del 9-1-1, es el descuido de los padres el que genera esa cantidad de alertas falsas. “Pueden concurrir varios factores, pero es educación. Cuando se habla con los padres, ellos niegan que sea su hijo, pero oyen la grabación y se dan cuenta de que la voz es de su hijo. Otros dicen que el chiquito se llevó el teléfono y se lo dio al vecino. La familia debe tener mejor control”, dijo.
Casos llamativos. La funcionaria agregó que también hay casos de adultos. Recordó el de un hombre que llegó tarde a su vivienda porque salió con amigos y su esposa luego le reprochó que, mientras la había dejado sola, se habían metido a robar. Para que le creyera, escondió algunos bienes. El hombre llamó al 9-1-1 y brindó toda la información de los objetos sustraídos.
Cuando la esposa se enteró de que había avisado a las autoridades, le dijo que era mentira. Este asunto fue multado.
“El problema es que ese tipo de situaciones se siguen presentando. Para un Día de los Inocentes, una persona pidió colaboración para hacerle una broma a su esposa. Es incomprensible eso. No nos podemos prestar para esas cosas. La gente no valora el tema de las emergencias”, lamentó García.