La luz del Sol será la forma de energía dominante en la Tierra para el año 2025.
Gracias a avances en tecnología fotovoltaica, química, fotocatalizadores y nanotecnología, los métodos para el almacenamiento y conversión de la energía solar serán, entonces, mucho más eficientes.
Así lo refiere un informe del grupo de investigación Science Watch sobre tendencias de innovación prometedoras, a partir de la evaluación de tecnologías emergentes.
Para elaborar sus predicciones, los analistas de Science Watch estudian los artículos científicos más citados en los últimos años y comparan ese trabajo con el estudio de los campos de la ciencia y la tecnología, donde se concentra la mayor cantidad de patentes.
Así es como han concluido que la energía del Sol se aprovechará en formas mucho más eficientes, anota el reporte.
“La energía solar térmica y la fotovoltaica impulsarán y calentarán edificios, agua y también proveerán la energía de aparatos en el hogar y las oficinas, así como en establecimientos comerciales y fábricas”, destaca el documento publicado la semana anterior.
También habrá un aumento de la eficiencia de conversión de la luz solar en energía, mediante el uso de nuevos materiales como nanoestructuras de óxido de cobalto y titanio-óxido, fotocatalizadores y heterouniones a escala nanométrica.
Un heterounión es la unión entre dos semiconductores; en este caso de refiere a materiales para conducir carga eléctrica creados con nanotecnología.
Además, los futuros paneles donde se precipitará la luz, se basarán en tecnología que utiliza películas de óxido mesoscópicos, sensibilizadas gracias a colorantes o puntos cuánticos. Según el análisis, esto significaría mejora en la eficiencia de conversión solar de, al menos, un 10% para el 2025.
Aviación eléctrica despega. Además, Science Watch afirma que la aviación a base de electricidad cobrará altura en próximos años.
Entre avances en ingeniería aeroespacial y mejoras a la tecnología actual de baterías para carros eléctricos, habrá aviones impulsados sin hidrocarburos.
Esto ocurrirá gracias al uso de combustibles no basados en carbono, mejores baterías de litio, nuevas opciones de almacenamiento de hidrógeno reversibles, uso de nanomateriales en pilas de combustible y baterías de película delgada.
Fuentes de energía distribuida, que recargan 10 veces más que hoy y almacenan mucho más energía que las fuentes actuales, serán la norma en los vehículos terrestres y aéreos.
Esos aviones utilizarán nuevos materiales que restarán peso al vehículo y utilizarán motores con tecnología de superconducción. Los vuelos comerciales cortos se popularizarán y las aeronaves despegarán desde sitios más pequeños.