Estrasburgo. AFP Un páncreas artificial que funciona con ayuda de un teléfono inteligente inyecta, en tiempo real, la dosis adecuada de insulina a pacientes de unos nueve hospitales de Francia.
El sistema, llamado Diabeloop, funciona así: asocia tres aparatos unidos entre ellos por Bluetooth (conexión inalámbrica) y está compuesto por una bomba de insulina y un sensor de glicemia –ambos colocados bajo la piel– y un teléfono Android con una aplicación específica que usa un complejo algoritmo. La información recolectada por el teléfono inteligente podrá transmitir, de forma permanente, los datos del paciente a un centro médico.
Con este sistema, los diabéticos de tipo 1 (insulinodependientes) ya no tendrán que hacer difíciles cálculos para determinar su dosis de insulina, la cual varía mucho en función de las comidas, el estrés o las horas del día.
También permitirá evitar episodios de hipo o de hiperglicemia, es decir, falta o exceso de azúcar en la sangre.
El programa está basado en un algoritmo “hipercomplejo de 13 ecuaciones con 13 incógnitas”, explica Sylvain Rousson, uno de sus desarrolladores.
“La idea es calcular de forma permanente y anticipada el índice de sangre que el paciente tendrá dentro de dos horas, para determinar qué cantidad de insulina necesita de inmediato”, comentó el experto.
El sistema especializado es capaz de aportar por sí mismo mejoras en sus funciones, afinando sus cálculos para adaptarse más al paciente y lograr así un resultado mejor.
“Ya no necesitamos pensar o preocuparnos por si vamos a estar en hipo o hiperglicemia”, delebró Marie-Claude Lehmann, una de las 45 personas que probó el dispositivo.
En todos los casos, el paciente delega al aparato la parte esencial de la gestión de su enfermedad. Solamente debe precisar al software la cantidad de glúcidos que ingiere, así como su actividad física.
“Eso me libera de la ansiedad”, aseveró Lehmann.