La aplicación de mensajería por Internet WhatsApp, es la compañera inseparable de adultos ticos, entre los 35 y 55 años, que residen en la Gran Área Metropolitana (GAM).
Así lo sugiere una investigación publicada en el décimo informe del Programa de la Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El mismo se basó en una encuesta, aplicada a 579 personas, pertenecientes a la clase media, que laboran tanto en el sector público, como en el privado.
Si bien, sus resultados no se pueden extrapolar a toda la población costarricense, permiten tener idea de los usos que hacen los adultos de este tipo de tecnologías.
El 98 % de ellos aseguró que tiene dicha aplicación en su teléfono y, en una escala de 1 a 10, su promedio de uso fue 9,18, es decir, bastante alta, según la calificó la investigadora encargada, Amaryllis Quirós.
La también psicóloga, explicó que en la consulta, la aplicación fue considerada como una red social. Esto debido a que: “No solamente se usa para hablar sino también para entretenimiento. Hay muchos grupos que ahí se desarrollan y, en muchos casos, es una herramienta de trabajo”.
Como hallazgo del estudio, se encontró que la edad de los encuestados no es determinante para tener o no tener la aplicación; tampoco incide el hecho de si la persona es padre de familia (es decir, los hijos n o influyen).
Facebook. La encuesta también analizó cuál es el uso que hace este sector de la red social Facebook y se identificó que, en promedio, el empleo de esa plataforma es 7.48. Esto es relativamente moderado, según los investigadores.
El estudio, resalta que la regularidad de uso de esta plataforma se enfoca principalmente en mantenerse informado sobre temas de interés, o sobre lo que pasa en el mundo y en el país.
También se identificó, que estas personas utilizan Facebook de forma pro- social: una orientación donde “el individuo tiene un comportamiento más altruista, más empático”, según explicó Quirós.
Asimismo, existe otra orientación de uso, que es la autopresentativa y se relaciona consigo mismo, como subir autoretratos.
Así, por medio de un índice, se determinó también que las mujeres suelen hacer un uso prosocial mayor que los hombres.
En el móvil. Uno de los hallazgos que llamó la atención en esta investigación es que el 98,6% de los consultados posee un teléfono celular; un 89,6% de ellos es dueño de un smartphone (teléfono inteligente).
Además, 98% de los participantes aseguraron tener una conexión a Internet desde su dispositivo móvil.
Sin embargo, al indagar acerca de la percepción que tenían estos adultos sobre las competencias de uso de tecnologías de información y comunicación, se identificó que el smartphone es el que cuenta con la más baja: 7,96, (en una escala de 1 a 10).
Esto es “poco” si se le compara con la percepción del dominio de uso del teléfono sencillo (8,58), del Internet (8,42), las computadoras portátiles y de escritorio (8,08 y 8,02, respectivamente).
“Para los adolescentes perder su teléfono, es como perder su vida. Pero para los adultos, el teléfono celular es facilidad: a la intercomunicación, a la accesibilidad y en cierta medida, un poquito al entretenimiento”, apuntó Amaryllis Quirós.
Entre las principales frecuencias de uso que le dan a este aparato — en una escala de uno a cinco— se encuentran: hacer y recibir llamadas, enviar mensajes en línea, enviar y recibir mensajes de texto y navegar en Internet.