Alejandra Quirós tiene 30 años y desde niña quiso vivir en un país con una cultura diferente a la de su natal Costa Rica. Al terminar sus estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), una beca le abrió la oportunidad de cumplir su sueño de infancia y así se fue a Japón a seguir su preparación.
En esa nación asiática investigó el tema de la visión computacional y los sistemas de interacción inteligentes, donde combinó dos de sus grandes pasiones: el mundo ingenieril y el campo social, específicamente el de las emociones humanas.
La joven, quien en la actualidad realiza su posdoctorado en el prestigioso instituto alemán Max Planck, contará a los asistentes al TEDxPuraVida 2016 cómo la tecnología y las emociones humanas se pueden dar la mano.
¿Qué es lo que la apasiona de las emociones humanas?
Prácticamente, todas las cosas que nosotros realizamos a nivel cognitivo, perceptual y de interacción con otras personas va fuertemente ligado a las emociones y esto es algo que hemos dejado de lado a la hora de trabajar con agentes artificiales, robótica, computación. (...) Cuando queremos interactuar con humanos y entender un poco más cómo funcionamos, no podemos dejar de lado las emociones. ¿Cómo se empatan las emociones humanas con el mundo de la tecnología, que suele ser más rígido y estructurado?
En realidad, todo lo que es precisión, lógica, matemática es más sencillo de representar computacionalmente (…). Las emociones son algo más que la representación numérica de unos y ceros (lenguaje binario).
”En mi doctorado, mi profesor tutor estaba trabajando la lógica difusa, un concepto con el que se pueden tratar las emociones, donde no hay un sí o un no, pero hay una gama de posibilidades en el medio y con eso es que empezamos a trabajar”.
¿En qué proyectos está involucrada en el Max Planck?
Estoy utilizando muchas técnicas de machine learning o aprendizaje inteligente. Usando redes neurales.
”Estas se basan en las redes neuronales de nuestro cerebro (...). Lo que hacemos con estas redes es que les damos información de la vida real y ellas automáticamente van creando conexiones de una manera similar a como funciona el cerebro”.
¿Cómo se pueden aplicar las investigaciones que usted realiza en la vida cotidiana?
La razón por la que yo empecé a trabajar con este tipo de cosas fue para apoyar a poblaciones de niños con autismo, que no tienen la capacidad de reconocer emociones visualmente. La primera investigación en la que me enfoqué buscaba crear alguna herramienta dirigida a esas personas para que, al interactuar, ellas puedan, en algún momento, llegar a tener en su celular o tableta el software de reconocimiento de emociones y se comuniquen mejor.
*Participe por una entrada para el TEDx*
¿En qué situaciones le gustaría a usted utilizar un ‘software’ capaz de leer e interpretar las emociones de los demás? Conteste nuestra consulta en los comentarios de esta nota (no en el Facebook de La Nación) y quedará participando por una entrada sencilla para asistir al TEDxPuraVida, el 3 o 4 de marzo del 2016. El nombre del ganador se anunciará este viernes 29 de enero durante la tarde.