Costa Rica está interesada en ser anfitriona de la Olimpiada Mundial de Robótica (WRO, por sus siglas en inglés). Así lo expresó Alejandra Sánchez, representante de esta organización en el país.
¿Cuáles requisitos habría que cumplir para hospedar una competencia de este tipo? Claus Ditlev Christensen, secretario de la competencia global, conversó con La Nación durante una visita a Costa Rica y aseguró que dos elementos claves son una infraestructura apropiada y buena coordinación.
Christensen, secretario general de la WRO participó en la Olimpiada Nacional de Robótica realizada en el Hotel San José Wyndham Herradura, en la que compitieron más de 300 niños y jóvenes ticos .
Según Christensen, para albergar el certamen “se necesita un buen lugar, un lugar lo suficientemente grande y cercano a hoteles, pues habría personas de 55 países viajando a Costa Rica”.
“Su país tiene un lugar como ese, visitamos Parque Viva, es un buen sitio, los hoteles están cerca, a una buena distancia”, detalló este oriundo de Dinamarca.
También aseguró que la organización es un aspecto de suma relevancia y destacó la labor del equipo de Aprender Haciendo, representante de LEGO Education en Costa Rica, que ha estado vinculado a la preparación de las justas robóticas.
A pesar del interés manifestado por el país de hospedar la competencia, aún se desconoce cuándo iniciaría el proceso de postulación o si ya ha iniciado.
La Olimpiada Mundial de Robótica se celebrará este año en Doha, Catar, entre el 6 y el 8 de noviembre y tendrá 10 representantes ticos.
Otros competidores nacionales han participado de las ediciones previas realizadas en Emiratos Árabes Unidos en el 2011; Malasia en el 2012; Indonesia en el 2013 y Rusia el año pasado.
Habilidades. Christensen subrayó la importancia de la robótica al calificarla como “una vía genial para que los niños aprendan acerca de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”.
Para él, no solo se trata de ensamblar un robot, sino que los niños aprenden habilidades blandas, como el trabajo en equipo y la colaboración.
Asimismo, comentó que este tipo de competencia estimula habilidades para el diseño y o el pensamiento ingenieril.
Las olimpiadas robóticas suelen ser una fiesta, manifestó el sábado anterior Christian Linares, de Aprender Haciendo.
“Construir un robot desde cero y programarlo crea un clima de tensión y estrés natural. Es un marco de competencia donde se aprende que el fracaso (cuando algo no sale bien) es parte de la vida”, explicó Linares.