Oro, radio y paladio son algunos de los metales preciosos que viven en esos aparatos electrónicos que forman parte de su día a día: teléfonos, tabletas, computadoras y hasta la línea blanca de su hogar.
Cuando usted deja de usarlos porque ya no funcionan o decide reemplazarlos por otros más novedosos, se convierten en desechos electrónicos que, de no ser tratados apropiadamente, pueden representar un potencial riesgo para la salud.
En el país existen empresas dedicadas al desensamblaje y la exportación de este tipo de componentes.
¿Qué tratamiento deben recibir dichos aparatos? Según establece la Ley para la Gestión Integral de Residuos (Ley GIR), tanto las empresas productoras como importadoras de artefactos electrónicos, deben tomar responsabilidad por los residuos que estos generan después de su vida útil.
Gollo es una de las compañías que cuenta con un programa de recolección.
Esta iniciativa ya suma cuatro años de existencia y ha recolectado 280.000 kilos de residuos electrónicos y eléctricos.
Andrea Morales, encargada de Responsabilidad Social de esa empresa, explicó que ellos reciben en sus tiendas los dispositivos y aparatos electrónicos que las personas dejan de usar.
Entre los desechos que más recolectan se encuentran celulares, cargadores y equipos de impresión, además de monitores y teclados.
“Todos estos pasan por un proceso de desensamblaje porque es parte de la legislación internacional que hay al respecto. Esto le permite al país garantizar que va a ir a un destino de reciclaje y no a uno de mercado negro”, comentó Morales.
Otras compañías como Intel también cuentan con un programa similar, aunque según explicó Timothy Scott, gerente de Asuntos Gubernamentales y Relaciones Públicas, las campañas de recolección se hacen a lo interno de la empresa y los materiales posteriormente son tratados por un tercero.
Poner atención al manejo que recibe este tipo de dispositivos una vez que han concluido su vida útil también es un asunto de salud pública, aseguró Eugenio Androvetto, director de Protección al Ambiente Humano, del Ministerio de Salud.
“Los residuos electrónicos, debido a su composición, pueden tener metales pesados con potencial para contaminar el ambiente, el agua. Por eso, necesitamos que tengan tratamiento por parte de gestores autorizados, que pueden darles tratamiento, exportarlos”, afirmó Androvetto.
Proceso. A setiembre del 2015, el Ministerio de Salud registraba la existencia de 39 gestores autorizados y dedicados a la recolección de desechos electrónicos. Uno de ellos es ValuShred, compañía ubicada en la zona franca Z, en Alajuela. Esta empresa procesa entre 60 y 90 toneladas de residuos electrónicos al mes.
Christian García, gerente de Operaciones de esa firma, explicó: “Nosotros destruimos los equipos manualmente, extraemos las partes que son materiales como hierro, cobre, aluminio, tarjetas electrónicas (nuestro principal producto), que luego son exportadas a Estados Unidos y a Bélgica”.
La exportación se vuelve necesaria, pues en el mundo apenas existen cinco refinadoras que tienen la capacidad de extraer las pequeñas cantidades de plata, oro, radio, paladio y otros elementos propios de las tarjetas electrónicas.
García afirmó que para poder enviar este tipo de desechos a otros países, Costa Rica forma parte de la Convención de Basilea, la cual establece normativa para la movilización transfronteriza de desechos peligrosos entre diversas naciones.
“Ningún país quiere que venga basura de otras latitudes. Sin embargo, esto es un negocio; es bastante lucrativa la recuperación en equipos electrónicos”, comentó García.
El gerente de Operaciones de ValuShred destacó la importancia de dar tratamiento a este tipo de desechos con gestores autorizados. “Todavía hay informales que pasan por las comunidades recogiendo equipo; ellos van a tomar lo que les sirve y lo que no, lo van a botar porque es un costo que no van a asumir”.