Hacer un blog, abrir un correo electrónico o utilizar documentos compartidos y sacarle provecho a las herramientas de Google son tareas sencillas, pero que desde ya ponen a soñar a la sancarleña Daniela Rojas de 12 años, con una carrera en tecnología.
La menor ha adquirido estos conocimientos de forma gratuita, asistiendo desde el 2016 al Club de chicas y tecnología, una de las estrategias del programa TICas de la Cooperativa Sulá Batsú para incentivar que las mujeres pasen de ser consumidoras a creadoras de herramientas tecnológicas. Además, el proyecto desea crear condiciones de empleo y trabajos en tecnologías de información y comunicación para mujeres de zonas rurales.
"Lo aprendido me ha ayudado mucho porque a mis compañeros casi no les dan permiso de ir a casas para hacer trabajo en parejas, entonces, yo les explico que existe Google Docs y Drive y que podemos hacer las tareas de forma remota", relató Rojas.
La experiencia de Daniela podrán vivirla, en los próximos dos años, 1.800 niñas de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Panamá. El mismo modelo utilizado por TICas en la zona norte del país se replicará en esas naciones, tras una beca de $400.000 otorgada por Google.org, el brazo filantrópico de la gigante de Internet a la Cooperativa Sulá Batsú.
Geovanni Stella, gerente general de Google para Centroamérica recordó que la misión original de esa compañía es organizar la información disponible en el mundo y hacerla accesible para todos, y la educación es parte de ese fin.
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Por esa razón, han decidido apoyar la iniciativa:"El tema de las mujeres es importante para Google y para la sociedad en general, hay un problema de empoderamiento de las mujeres, en particular en el sector tecnológico. En el mundo, menos del 25% de los puestos son ocupados por ellas y en América Latina solo el 6% de los desarrolladores son mujeres".
¿Cómo se implementará el proyecto fuera de Costa Rica?
Kemly Camacho, coordinadora General Cooperativa Sulá Batsú explicó que están organizando mesas de trabajo, para decidir en qué lugar desarrollarán el proyecto en cada país.
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En cada nación centroamericana se abordarán tres diferentes áreas: arte y cultura para reducir los estereotipos que existen sobre mujer y tecnología; darle voz a las niñas a través de sus blogs y la generación de productos tecnológicos.
En todos los países se escogerá un problema específico para el cual las participantes confeccionarán una solución.
El programa está orientado a niñas y adolescentes entre los 10 y los 14 años, quienes no acuden solas a los talleres, sino que también pueden ir con sus madres. "Mi mamá me explica mucho, porque ella sabe un poco más; mientras yo le ayudo, ella me ayuda a mí", comentó Daniela Rojas.
La expectativa es que al replicar esta experiencia también se pueda involucrar a 500 madres centroamericanas en esos talleres.
Las participantes no solo aprenden de herramientas digitales básicas, también sobre redes sociales, manejo de datos y el desarrollo de narrativas a través de la tecnología. Asimismo, adquieren conocimientos con respecto a la fabricación y uso de drones.
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La sancarleña Michelle Sánchez de 12 años aseguró que este último fue uno de los contenidos que más le gustó. "Nos enseñaron cómo se manejaba (un dron). Fue difícil aprender, pero cuando lo logré fue demasiado chiva", recordó sonriente.
Kemly Camacho de Sulá Batsú destacó que ese es el principal aprendizaje que han obtenido con la experiencia TICas es la construcción de una red de mujeres y aspira que así pueda ser en el resto de Centroamérica.
"Nosotros hemos tratado de buscar otro abordaje, que no solo se encuentren y organicen cosas. El gran aprendizaje ha sido una red de muchachas que construya tecnología para resolver problemáticas que ellas mismas tienen", concluyó.