Río Little Colorado, EE. UU. AFP y AP. El acróbata y aventurero estadounidense Nik Wallenda rompió ayer un récord mundial al caminar sobre un cable de acero a lo largo de una garganta al este del Gran Cañón, a 460 metros de altura y sin arnés ni red de protección.
“Mis brazos están cansados”, dijo el hombre de 34 años al tocar tierra, casi 23 minutos de después de empezar con la hazaña. Televidentes de 219 países estuvieron en vilo, ya que el canal Discovery transmitió en vivo; además, el tema se convirtió en el más comentado en redes sociales.
La cuerda de acero, de cinco centímetros de diámetro y 426 metros de longitud, se extendió a lo largo de la garganta del río Little Colorado, en el parque nacional indígena Navajo en Arizona (suroeste de Estados Unidos), en el extremo este del Gran Cañón.
“Tal vez es cierto que no hay que mirar abajo”, agregó Wallenda, quien se permitió trotar sobre la cuerda en los metros finales,
“Fue muy estresante, esos vientos eran tan impredecibles”, comentó a los reporteros luego de haberse enfrentado a ráfagas de cerca de 70 km por hora.
Paso a paso. El equilibrista, lleno de cámaras y micrófonos, se enfrentó a fuertes vientos. Incluso, los televidentes escucharon los sonidos de los golpes del viento y vieron la forma en que las ráfagas sacudían su camiseta azul.
“Jesús, gracias Jesús, gracias Señor (...) ayúdame a relajarme, Señor, gracias padre; Dios, eres tan bueno; cuánto te amo, Jesús”, se escuchaba a Wallenda repetir, en una continua oración, mientras avanzaba lentamente desafiando a la altura y el vértigo.
A medio camino, Wallenda pareció perder el equilibrio y se acuclilló para recuperarse. Agradeciendo a Dios, reemprendió la caminata unos segundos después.
A diferencia del año pasado, cuando rompió su sétimo récord mundial al caminar las cataratas del Niágara sobre una cuerda, esta vez, Wallenda no lleva un arnés ni ninguna malla de protección podría protegerlo de una caída.
“Tienes 16 minutos sobre la cuerda, vas bien”, le dijo, desde tierra firme, su entrenador.
“No tienes que decirme cuánto tiempo llevo en la cuerda”, replicó Wallenda , miembro de sétima generación de la célebre familia circense Flying Wallendas.
“Gracias Señor, gracias canal Discovery por creer en mí”, dijo cuando ya había cumplido tres cuartos del trayecto.
Él comenzó a planear esta caminata hace cuatro años e hizo su entrenamiento en Florida (sureste) durante semanas, en las cuales caminó a lo largo de una cuerda de 300 metros de largo y rodeado de máquinas de viento que simulaban ráfagas de hasta 80 km por hora.