Madrid
Es la actriz más popular en Estados Unidos y tiene una risa contagiosa casi legendaria que exhibe más en la realidad que en su nueva película Money Monster, un thriller "extremadamente entretenido" pero que también hace pensar. El cine que prefiere y que busca Julia Roberts.
"¡Hola, ¿qué tal?", pregunta divertida para después confesar que ese es todo el español que conoce, mientras su compañero de reparto, el joven Jack O'Connell se entusiasma al recordar su asistencia años atrás a una edición del Festival de Benicasim —"es increíble, quiero ir otra vez", dice el actor británico—.
Falta el otro gran protagonista de la historia, George Clooney, que excusa su presencia por un repentino malestar, por lo que son Roberts y O'Connell los encargados de defender ante la prensa una película dirigida por Jodie Foster, que también atiende a los medios en una terraza próxima.
"Me encanta estar en una película como esta, que es extremadamente entretenida pero al mismo tiempo sales de la sala y puedes tener días de conversaciones sobre el tema, sobre tus propios sentimientos o experiencias o simplemente sobre la película", explica la actriz.
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"Es genial cuando esto pasa porque no ocurre a menudo. Te hace sentir realmente como en las películas de la vieja escuela", agrega la ganadora de un Óscar por Erin Brockovich (1990) y nominada en otras tres ocasiones por Steel Magnolias (1989), Pretty Woman (1990) y August: Osage County (2013).
Tras casi treinta años de carrera y más de medio centenar de personajes interpretados, esa mezcla de calidad y entretenimiento es lo que busca la actriz de Georgia, y para encontrarlo se fija especialmente en el guión, como en este caso.
"Tuve que tomar la decisión basada casi enteramente en el guión porque llega un momento en el que estás sola en el plató, la cámara está rodando, George no está allí, Jodie está en el monitor y yo tengo que estar muy contenta con el texto".
Porque aunque Clooney y Roberts sean la pareja protagonista de la historia, en realidad el actor con el que comparte todas sus escenas es con O'Connel.
En Money Monster, Clooney (Lee) es el presentador de un programa de televisión dedicado, de forma un tanto ligera, a analizar los movimientos de la bolsa y a aconsejar a los espectadores sobre sus inversiones y Roberts (Patty) es la directora del espacio.
Jack O'Connell (Kyle) es unos de esos espectadores, que se siente estafado porque ha perdido todo su dinero en una inversión arriesgada y decide tomarse la venganza por su cuenta.
Durante todo el desarrollo de la historia -entre cómica, dramática y surrealista-, Lee está junto a Kyle y se comunica mediante un sistema interno de auriculares con Patty, que sigue los acontecimientos desde la sala de realización del programa.
"Nos aprovechamos de ser amigos desde hace mucho tiempo", explica la actriz sobre Clooney, con el que ha trabajado en la saga Ocean's Eleven y en su debut como director, Confessions of a Dangerous Mind.
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También la película se benefició de esa buena relación entre los dos porque al conocerse bien fue más fácil construir los personajes pese a que casi no compartieron espacio físico durante el rodaje.
"Creo que la gran beneficiada fue Jodie, nos tuvo juntos el primer día de rodaje y no nos tuvo juntos hasta el último día de rodaje. Estoy convencida de que realmente lo diseñó de esa forma", dice Roberts y estalla en una carcajada.
Relajada y feliz tras su primera participación en el Festival de Cannes —donde acaparó todos los flashes al aparecer descalza por la alfombra roja—, Roberts se muestra por encima de lo que supone ser la eterna 'novia de América'.
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"He estado en este negocio por más tiempo del que mi compañero ha estado en la vida —dice en referencia a O'Connell, de 25 años— y he aprendido a navegar de una forma que realmente me permite tener mi vida privada muy tranquila y muy separada de mi trabajo. Creo que la idea de ello es más caótica de lo que realmente es", explica.
O'Connel, por su parte, se muestra encantado de dejar el protagonismo a su compañera de reparto y asegura que le encantó participar en una película de un gran estudio pero que "habla sobre un asunto real y muy problemático de forma muy madura".
Y califica de "fenomenal" y "muy educativo" su trabajo con estrellas como Clooney, Foster o Roberts, aunque con la actriz no comparte ni un plano.
"Yo era solo la voz. Era como una diosa. Me gusta decirlo así", dice la actriz sin parar de reír, antes de despedirse con un cálido "¡mucho gusto!".