El de la capa negra era malo. Hablaba feo y eso a Frank Medina, de 6 años, simplemente lo mataba del susto.
"Tiempo después supe que era Darth Vader. Así se llamaba el tipo que protagonizó mis peores pesadillas de chiquillo y por el que salí corriendo del cine la primera vez que lo vi", recordó un nostálgico Medina .
Mientras muestra una máscara del que fuera su infantil verdugo, Medina recuerda que fue de los primeros ticos en ver la primera cinta de Star Wars en el país. Ya está casado, tiene hijos y según sus propias palabras se siente " algo viejo".
"Soy un adulto de 42 años. Solo hay algo que me hace sentir niño y eso es Star Wars", aseguró con ojos emocionados.
Pero lo de Medina es solo un caso pululando en el mundo. Familias y generaciones enteras se han visto hechizados por una Fuerza que impactó el mundo el 25 de mayo de 1977. Ese día, en Estados Unidos, la Alianza Rebelde comenzó a batirse a duelo con el Lado Oscuro.
¡George Lucas había comenzado con su locura!
Bendito aquel momento, que aunque tardó casi un año en alcanzar las butacas ticas – el Episodio IV: Una nueva esperanza se estrenó 222 días después de su develación gringa–, el resultado fue el mismo.
"Yo salí del cine con la boca abierta. Mis amigos también, pues no podíamos creer tan buenos efectos, tanta magia", aseguró el médico cartaginés Fernando Garzona, de 68 años.
Con la compra de su boleto, Garzona aportó para que la primera cinta de Star Wars –en aquel momento– recaudara la astronómica suma de $775 millones en todo el mundo.
Pero eso no fue nada. Algo mucho más grande surgió de aquel amor a primera vista. Gracias a su pasión galáctica su hijo Roberto, y ahora sus nietas, salieron pintadas con una afición que trasciende. La Fuerza, sin duda, sobrevivió a los años y a sus tres famosas trilogías, para en diferentes tiempos impactar su descendencia.
¿Qué significa para Garzona Star Wars? ¿Cómo experimentan sus hijos esa pasión ? ¿Qué lugar ocupa en su familia la afamada saga?
A continuación explore y disfrute de sus curiosas historias y convénzase de una cosa: en sus 40 años de existencia Star Wars se convirtió en más que un hobby para fanáticos enloquecidos. ¡Es una fiebre que no destiñe y se hereda con sonrisa y decenas de momentos inolvidables.
GENERACIÓN 1: La Fuerza conquista al roble de los Garzona
Fernando Garzona es médico y como exmiembro del Departamento Legal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), dice haber visto de cerca el lado oscuro de la Fuerza.
"Usted no sabe las cosas que yo vi en el tiempo que trabajé allí. El mal existe y es algo que la gente deber saber y razonar", recordó Garzona, muy seguro de su argumento.
Por esa razón, a sus 68 años y desde su clínica privada ubicada en Cartago, el roble de la familia Garzona asegura que se enamoró de Star Wars desde el primer momento en que la vio en pantalla grande. El fue de los primeros ticos en ver el Episodio IV: Una nueva esperanza (1977) en el país, en las butacas del cine Magaly.
Por esa razón, a sus 68 años y desde su clínica privada ubicada en Cartago, el roble de la familia Garzona asegura que se enamoró de Star Wars desde el primer momento en que la vio en pantalla grande.
"La película mostraba la lucha del bien contra el mal. Darth Vader era el ángel caído y los Jedi los grandes caballeros. Aquellos que tenían la capacidad de aliarse con el bien para salir adelante y destruir la oscuridad. Es como bíblico esto", expresó.
"Yo en mi vida escogí el bien, el lado bonito de la Fuerza, y muchas otras personas que fueron al cine en ese momento también. Creo que el planteamiento que hacía la película en ese sentido fue muy apropiado para una sociedad costarricense que se venía desmoronando", añadió el galeno.
Incluso, el doctor Fernando cree que con Una nueva esperanza George Lucas lanzó un petardo cultural en pleno apogeo de la llamada Guerra Fría.
"Creo que George Lucas es judío. Mandó ese mensaje para que la gente entendiera cómo se manejan las cosas en el mundo. Estaba el benévolo y el maligno presentes en la guerra, esa es la analogía".
Herencia positiva. Cuando el doctor Garzona vio Star Wars por primera vez tenía 28 años. A la cita galáctica –anunciada con bombos y platillos por los cines y diarios de aquel entonces– asistió de la mano de su hijo mayor.
"Fue impactante, nunca habíamos visto nada parecido. Fue un cambio de paradigma en asuntos de ciencia ficción y efectos especiales", recordó.
"De la película uno salía con una mirada optimista del mundo. Como que el futuro traía mejores cosas", añadió.
Tan inspirado salió, que su familia hoy en día tiene a Star Wars en un lugar muy especial. Su entusiasmo se impregnó en el ADN de su linaje.
"Mi hijo mayor, que fue conmigo al cine, se entusiasmó con la saga. Pero no le duró mucho. Tenía novia y eso lo sacó un poco de la onda", explicó.
"Pero el menor, Roberto, se volvió como loco. Se enamoró de Darth Vader y desde ahí nadie lo pudo parar", agregó.
Ahora el doctor Garzona, a quien no le gustó tanto la segunda trilogía, disfruta yendo con hijos y nietos a los estrenos de las nuevas películas de la serie.
"Eso, sin duda, es lo más bonito de todo. Nunca me imaginé que iba a pasar esto. Se ha convertido en un factor de unión para nosotros. La nueva trilogía es buenísima. ¡La disfrutamos y la disfrutaremos en pelota!", finalizó.
GENERACIÓN 2: ¡Hijo de Jedi sale pintado!
El hijo menor del doctor Fernando Garzona salió más que respondón.
Su personaje favorito de Star Wars es Darth Vader, precisamente el tipo lúgubre y pesado que su padre "detestaba" en los días en que se enganchó de la saga. Pensaba que era una mala influencia para su retoño.
He aquí, curiosamente, una pequeña e insignificante diferencia en un espacio fílmico infinito y lleno de pasiones siderales. Al doctor Fernando Garzona y a su hijo Roberto –que también es galeno–, los une la Fuerza a pesar de todo.
Como si fueran carajillos, así se ven los dos cuando se les toca el tema de los Jedi, la princesa Leia y la Estrella de la Muerte. Son fans a muerte.
"Mi papá me llevó a ver Star Wars cuando tenía seis años. La película que fuimos a ver fue el Episodio V: El imperio contraataca (1980). A él le debo esta pasión", confesó Fernando, quien actualmente tiene 37 años y una descendencia igualmente hipnotizada por la serie fílmica.
Del Imperio contraataca, eso sí, Roberto dice no recordar mucho. Naves voladoras, la rara respiración de Darth Vader y soldados blancos que corrían de un lado a otro son sus memorias de aquel momento. Nada más.
"Luego, cuando salió el Episodio VI: El retorno del Jedi (1980), yo veía que mi hermano mayor jugabada con una figuritas de acción de la saga. Yo las veía, y como no eran para mí, se fue despertando una obsesión", confesó.
Para Roberto, el desquite llegó gracias a la segunda trilogía. El Episodio I: La amenaza fantasma (1999) fue clave.
"Tenía como 17 años cuando eso. Recuerdo que trabajaba en una farmacia que tenían mis papás y con la plata que ganaba pude comprar mis primeras figuras de acción. Hoy soy un coleccionista", cuenta Roberto, quien es miembro activo de la Legión 501.
En su casa, Roberto guarda un tesoro de libros de las serie, enciclopedias, figuras y carteles que para él no tienen precio.
Roberto ama Star Wars, pero no tanto como el efecto que dice tener en su vida.
"Para mí Star Wars significa una conexión con la familia. Es hacer prevalecer una infancia que para mí fue muy feliz y poder compartirla con todos mis familiares. Eso es lo más bonito de todo", expresó.
Con ese mismo sentimiento Roberto le impregnó el amor galáctico a su esposa Vivian Sagot –con quien convive desde el 2011–, y a la hija de ella, Josette Richmond.
"Modestia aparte, creo que Josette ama Star Wars por el vínculo que hemos creado. Ella es mi hija desde que tenía 10 años y le encanta", aseguró.
En la actualidad, con Vivian, Roberto tiene dos niñas pequeñas –Eugenia e Isabelle– y las dos dan la impresión que seguirán el camino de la Fuerza.
Querido Vader. Y, ¿por qué Roberto se identifica tanto con el tipo de la capa oscura?
Ninguna razón en particular.
"Vader es el preferido de cualquiera que se precie fan de Star Wars", dice.
Sin embargo, Roberto cuenta una anécdota que quizá tuvo que ver algo.
"Cuando salió el Episodio III: La venganza de los Sith (2005) no existían tantos grupos organizados de cosplayers. Yo me fabriqué un traje de Darth Vader y me fui así para Terramall. Cuando llegué todos se querían tomar fotos conmigo y eso me marcó. Me motivó a seguir este camino e interpretarlo cuando se pueda", narró Roberto.
Garzona cuenta que ese mismo día le tomaron una foto que salió publicada en la portada de Viva, en La Nación.
"Yo todo emocionado le decía a la gente: '¿ me vieron en el periódico?'. Y claro, como estaba disfrazado de Darth Vader, nadie me encontró nunca en ningún lado", recordó entre risas.
GENERACiÓN 3: La pasión galáctica no muere...¡Josette la continúa!
Josette Richmond no lleva el apellido Garzona, pero la sangre no importa cuando hay amor y una divertida pasión por compartir.
Richmond, quien tiene 15 años y estudia actualmente en el Colegio Miravalle de Cartago, conoció la magia de Star Wars gracias a su padrastro: Roberto Garzona.
"Recuerdo que mi papá le compraba muchas cosas de Star Wars a mi mamá y a ella comenzó a gustarle. Cuando eso yo tenía como 10 años y comenzó a sonarme la cosa", contó Josette.
Garzona le mostró las películas de las primeras dos trilogías y la pasión comenzó a crecer naturalmente.
"Vi la primera película y al principio no me hizo mucha gracia. Pero luego, cuando comencé a entender la historia, me encantó. Empecé a admirar los efectos especiales que hacían a pesar de la época. Eran muy chivas", expresó Josette.
Desde ese entonces, se ha disfrazado de la princesa Leia algunas veces y su máxima muestra de amor hacia la saga la concretó en su colegio. Junto a sus compañeros de la clase de Inglés montaron una obra de teatro cuyo tema fue Star Wars.
"Que ella tomara esa gran parte de mí y la plasmara en su vida cotidiana fue muy bonito, muy significativo. La obra estuvo muy bien", recordó Garzona, muy orgulloso de su hija.
De la seductora historia de Star Wars, a Josette le enganchó el romance entre Anakin Skywalker y Padmé Amidala, y dice que le fascina Yoda "por lo vacilón que habla", y Chewbacca por lo "peludito y lindo".
Sin embargo, fue el inicio de la tercera trilogía la que terminó por seducirla. El Episodio VII: El despertar de la Fuerza (2015), terminó por asegurarle una fan más a la serie fílmica y quizá una futura perpetuadora de la locura galáctica.
De hecho, Josette ya comparte la fiebre con sus compañeros del colegio y también con sus hermanas menores –las bebés Eugenia e Isabelle Garzona–. Una de ellas, al menos, ya muestra signos de compenetrarse con los símbolos de la saga.
"Eugenia es muy fan", asegura Josette y papá Roberto lo confirma feliz.
"Cuando veo las películas ella se queda fascinada y le gustan mucho las figuritas que tengo. Lo primero que le llamó la atención fue la música, pues cuando la escucha mueve las manos como si estuviera dirigiendo la orquesta", reveló Garzona.
De la niña Isabelle, de tan solo 9 meses, no sabemos que tanto se alineará con el linaje galáctico de su familia. Por ahora, una tierna foto de recién nacida, vestida de la princesa Leia, parece marcar su destino desde la cuna.