El grabador costarricense Rudy Espinoza falleció la madrugada de este lunes 15 de enero en su casa de habitación, en San Rafael Abajo de Desamparados.
Aida Jiménez, prima del artista, confirmó el deceso de Espinoza, que se produjo por causas que aún no son claras.
“Es muy duro para nosotros porque él era un ser humano bueno por naturaleza y era muy importante para toda nuestra familia. Él no pasaba desapercibido por su forma de ser jovial, positivo e inteligente. Era un deleite compartir con él, por eso esto es un golpe muy fuerte para la familia”, dijo Jiménez a Viva.
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Rudy Espinoza tenía 63 años, más de 40 de ellos dedicados al grabado en metal. Se graduó en Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica y obtuvo una maestría en Artes Plásticas con especialidad en Grabado en la Universidad de Minesota, Estados Unidos. Era uno de los más reconocidos artistas visuales del país.
Durante su carrera se destacó como profesor de grabado y litografía en la Universidad de Costa Rica y Universidad Nacional. En esta última institución dirigió la Escuela de Arte y Comunicación Visual.
En mayo del 2016, Rudy Espinoza presentó una exposición en las salas del Museo Calderón Guardia, en la que repasó su vasta trayectoria.
En la muestra, Espinoza resumió desde sus inicios en la década de los 70, cuando su obra mostraba las preocupaciones por la arquitectura, la política, el paisaje, lo geométrico y lo abstracto, hasta su trabajo actual.
Más tarde, el artista abordó otros temas como lo religioso, la niñez, los animales, los cuerpos, el mar, la locura y los sismos. “No hay una obra representativa; lo que hay son diferentes procesos, técnicas y temáticas”, dijo en mayo del 2016 cuando habló de su exposición compilatoria.
La exhibición contempló obras como La última escena (1985), que en 1987 le otorgó la Medalla de Oro en el Salón Nacional de Grabado y también la Medalla de Oro en la Sección de Grabado Latinoamericano en la VIII Trienal de Grabado, en Frechen (Alemania).
Otras obras que mostró ahí fueron Fatiga, que fue el resultado de una placa de metal sometida a un proceso intenso de destrucción para poder construir la imagen que muestra la ambigüedad entre la vida y la muerte; Mario (1992), su representación más pop de un retrato, o El toro rojo (1997) inspirado en una historia sobre el enfrentamiento de palestinos e israelíes en Gaza.
"Era el maestro grabador por excelencia de Costa Rica"
La noticia de la muerte de Espinoza causó sorpresa y dolor a los artistas costarricenses y en especial a los grabadores del país quienes consideran a Rudy un gran maestro.
“Era el maestro grabador por excelencia de Costa Rica. A su cargo estuvo la formación de muchísimos grabadores del país como Adrián Arguedas, Jorge Crespo, Rebeca Alpízar, Verónica Navarro. Estoy segura de que toda la comunidad artística del país está conmovida pero en especial los grabadores porque él fue una parte importante en nuestra formación académica, espiritual y artística. Nunca produjo técnicos, sino artistas y siempre creyó en nosotros”, lamentó Marcia Salas, pintora y grabadora, discípula de Espinoza.
Salas destacó que el mejor legado de Rudy fue enseñarlos a pensar en positivo y a consolidar un buen currículo. “A él le debo mi primer premio a nivel internacional y mi primer premio nacional, el Aquileo J. Echeverría de Artes Plásticas”, contó la artista.
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Alberto Murillo, profesor de la Cátedra de Grabado de la UCR, también se mostró conmovido por el fallecimiento de Espinoza.
“Estamos todos muy dolidos porque don Rudy siempre fue muy jovial además de muy productivo. No esperábamos una noticia como esta. Para nosotros él es la figura fundamental en la consolidación del grabado de metal en Costa Rica. Siempre fue activo, siempre propositivo, incluso después de su padecimiento de cáncer, del que por dicha logró recuperarse para seguir produciendo sin parar”, consideró Murillo.
Alberto Murillo contó que don Rudy era un artista al que muchos inspiraba no solo por su calidez como persona sino por sus procesos como artista.
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“Él siempre fue un ejemplo para nosotros. No fui alumno de él pero sí colega, y coincidimos mientras yo enseñaba grabado en madera y él enseñaba grabado en metal. Sin menospreciar a nadie, pero creo que es de los colegas más influyentes en todo el surgimiento del grabado en Costa Rica, que actualmente es muy rico y saludable”, continuó Murillo.
El artista Adrián Arguedas, pintor y grabador, dijo: “Me parece lamentable porque fue maestro mío primero y luego compañero de trabajo en la Universidad Nacional. Siempre representará una figura trascendental del grabado en el país. Fue una persona muy generosa”.
Arguedas dijo que el año pasado presentó junto a Rudy Espinoza la exposición Pequeñas obras, grandes maestros. “Para mí fue muy importante que el compartiera conmigo esta exposición. Siempre lo recodaré como una persona generosa, alegre, un gran dibujante y un grabador imparable”, terminó Adrián Arguedas.
A los mensajes de reconocimiento y condolencias se sumó la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica, quienes a través de un mensaje en Facebook informaron del deceso y enviaron un saludo fraterno a la familia de Rudy Espinoza.
Las honras fúnebres de Espinoza se realizarán este martes 16 de enero, a partir de la 1 p. m., en camposanto La Piedad, Desamparados. La misa será a las 3 p. m. en el mismo lugar.