La respetada investigadora, académica y escritora, Hilda Chen Apuy Espinoza, falleció la noche este lunes 11 de diciembre, a sus 94 años.
Su muerte fue confirmada por su amiga, la antropóloga y activista María Eugenia Bozzoli. El presidente Luis Guillermo Solís fue la primera figura pública en entregar su pésame en una publicación en Facebook.
Me sumo apesadumbrado a quienes lamentan el fallecimiento de la profesora Hilda Chen Apuy Espinoza. Maestra inigualable...
Posted by Luis Guillermo Solís Rivera on Monday, December 11, 2017
La puntarenense, nacida el 23 de enero de 1923, e hija de un inmigrante chino que adoptó Costa Rica como su nueva patria, es considerada pionera en el estudio y difusión de conocimiento de las cultura orientales.
Según dijo Bozzoli, la vela será este martes en la Funeraria Jardines del Recuerdo en barrio don Bosco (San José).
Premio Magón
La doctora Hilda Chen se convirtió en el año 2003 en la sétima mujer en recibir el Premio Nacional de Cultura Magón.
“Ha sido baluarte en la difusión y desarrollo de las relaciones interculturales; como puente entre Oriente y Occidente ha dado a conocer en nuestro contexto la herencia real y simbólica de esas culturas, por medio de traducciones y de la enseñanza del sánscrito”, justificó el jurado cuando le otorgó por unanimidad el galardón más importante que entrega el gobierno costarricense a una vida de trabajo y aportes a la cultura nacional.
“Me produce una gran alegría el premio al pensar en mis papás –ya fallecidos–”, comentó la estudiosa en una entrevista para La Nación en enero del 2004. “Ellos estarían felices porque querían que nos educáramos, lo cual no era tan común en aquellos años”.
“Para mí, un premio significa una responsabilidad porque uno debe trabajar más todavía... ¿Sabe cuáles son los mejores premios para mí? Sentir que una ha colaborado en la enseñanza y ver florecer a mis alumnos; esas son mis mejores recompensas”, agregó.
El jurado además destacó su cátedra en aula abierta y activa para la formación de personas de todo el espectro social. “Manifestó responsabilidad intelectual en forma clara en sus intervenciones públicas en defensa de la paz, la soberanía y el valor del patrimonio cultural de los pueblos”, aseguraron.
Una vida de estudios
Apuy ingresó en el año 1941 a la Universidad de Costa Rica a la carrera de Educación. Desde ese momento mantuvo fuertes vínculos con ese centro universitario como docente, directora de la Cátedra de Historia, presidenta del Consejo Universitario y profesora emérita desde el año 1984.
Sus estudios se extendieron más allá de nuestras fronteras: universidades de Estados Unidos, India, México y Holanda la vieron pasar por sus aulas. En el año 1965 obtuvo la maestría de Estudios Orientales.
“La discriminación es miedo a lo desconocido”, dijo a este medio en 2004. “Soy pacifista desde joven. En tercer año del colegio hice una composición en que le pedía a los padres que no le compraran pistolas de juguete a sus hijos porque los estaban enseñando a matar. La paz me preocupa mucho, sobre todo porque de nuevo veo guerras basadas en la ignorancia sobre otras culturas”.
Además del Premio Magón, doña Hilda Chen Apuy Espinoza, se convirtió en la primera mujer latinoamericana en ser condecorada con la orden del Tesoro Sagrado (Tercer Grado), otorgada por el gobierno de Japón en 1985, y en el año 1989 recibió la Medalla de la Cultura, ofrecida por el Ministerio de Educación de Taiwán.
Aunque, muchos de sus textos fueron publicados durante años en distintos periódicos y revistas, fue en 2008, cuando publicó su primer libro, titulado De la vida, del amor y la amistad: una antología de reflexiones, crónicas de viaje y semblanzas de personalidades que ha conocido en su largo recorrido por la vida.
“En tiempos muy lejanos, cuando tenía apenas 17 años, publiqué cuentos y poemas (en revistas). Luego la vida me trazó otro rumbo: más serio y académico. Cuando me pensioné volví a escribir y a publicar. Seguí haciéndolo hasta que los ojos me lo permitieron”, dijo en una entrevista en el 2008. “En Costa Rica, mi aporte ha sido servir de puente entre mundos culturales”.