“Hoy no es un día normal porque ando en las carreras de recoger todo para Miss Universo”, advirtió Elena Correa el martes 7 de noviembre, minutos antes de comenzar su ajetreada agenda de compromisos.
La Miss Costa Rica 2017 recibió ese día a un equipo de Viva que la acompañó durante más de 12 horas en sus tareas diarias antes de su viaje a Las Vegas, Nevada, para el Miss Universo.
LEA MÁS: Elena Correa: frente al espejo
A las 9 a. m. de este sábado 11 de noviembre, la herediana de 27 años inicia lo que llama el sueño de su vida: el camino hacia la máxima competencia de belleza en el mundo.
Correa arribará a Las Vegas este sábado por la noche, 48 horas antes de la inauguración de las actividades oficiales del Miss Universo y dos semanas previas a la noche final del 26 de noviembre.
La cercanía del viaje le intensificó los días a la reina tica; por eso fue clara la noche anterior (el lunes 6) al encuentro con La Nación: “Nos vemos a las 8 a. m. (del martes) en mi casa (en Cariari, La Asunción de Belén, Heredia)”, dijo.
Ir al gimnasio, retirar los zapatos y vestidos que lucirá en el certamen mundial y realizarse algunos tratamientos de belleza o estéticos eran parte de las tareas para esa jornada.
El gimnasio Balance Center Cariari fue la primera parada. La Miss Costa Rica desarrolló rutinas para fortalecer los músculos del tren superior y otros ejercicios de balance y control del movimiento.
LEA MÁS: Elena Correa recibe oficialmente la corona de Miss Costa Rica
“Los ejercicios de balance han sido importantes por el tema del control del movimiento para el manejo de los tacones que, en estos casos, suelen ser muy altos. Ese control incide en la seguridad de ella a la hora de caminar”, explicó el fisioterapeuta Manrique Cubero, entrenador de Elena.
La explicación llegaba al mismo tiempo en que Correa, despojada de sus accesorios de reina, desarrollaba ejercicios abdominales, de pesas, anillas y barras, que solo interrumpía para hidratarse con agua.
“Lista”, mencionó hora y media después de haberse confinado en ese lugar. “Vamos a la casa para arreglarme y ahora sí, comenzar”.
Entre el gimnasio y su domicilio el trayecto es corto. Eufóricos la recibieron Mickey y Motita, sus perros.
Tras retirarse durante 40 minutos apareció, ahora sí, luciendo como reina de belleza. La licra negra, el tank top naranja y las tenis que vistió desde temprano ya no estaban en ella; ahora lucía zapatos negros de charol y tacón alto, un vestido ceñido al cuerpo que evidenció sus curvas , pelo recogido en un moño y un maquillaje básico.
“Cuando participé por primera vez en el Miss Costa Rica –en el 2016– me recargaba mucho de maquillaje, pero ahora quería cosas más livianas para verme más natural”, contó dentro de su vehículo.
Miss reveladora
Precisamente fue en el carro donde Elena Correa reveló algunos secretos de cómo ha vivido el proceso previo a Miss Universo, un período en el que ha experimentado emociones de todo tipo.
LEA MÁS: Carlos Rodríguez sobre Elena Correa: 'Me siento orgulloso de ser hoy su compañero, su novio'
“Estoy supercontenta y superilusionada. Deseando estar allá (en Las Vegas) y empezar ya. ¡Es que este ha sido el sueño de toda mi vida! Siento que este Miss Universo va a ser un gran éxito. Es demasiada la emoción y la adrenalina que tengo. Todos los días, desde el lunes pasado (el 30 de octubre) he sentido mariposas en el estómago y entre más cerca está el día de irme (este sábado) es más la ilusión”, contó apasionada mientras conducía hacia el centro de Alajuela, donde se encontró con Johanna Pérez, de The Brown Studio, para un retoque final en sus cejas.
“Me pongo a ver videos en YouTube de pasadas ediciones del Miss Universo y me digo: ‘¡Ay Dios mío, yo voy a estar en un escenario así!’ Entonces me emociono mucho y llamo a mis amigos para contarles”, refirió en medio de risas. De ahí que todo debe lucir perfecto, incluidas sus cejas.
Elena atrae miradas y genera cuchicheos, pero saluda simpática a quien se le cruce en el camino. “Aquí es rápido”, endilgó. En menos de 10 minutos estaba lista, pero los besos, abrazos y deseos de buena suerte con que la despidieron en el lugar, le arrebataron unos minutos más.
Tenía ansiedad por lo que seguía. Viajó de Alajuela a Escazú para encontrarse con el diseñador de calzado Daniel del Barco. Él le entregaría la colección de zapatos que le creó especialmente para el Miss Universo.
Amistad y fogueos
El lapso que tardó en el traslado lo usó para repasar algunas curiosidades. Desde hace varios días, Elena es parte de un grupo de WhatsApp en el que participan varias candidatas al Miss Universo 2017.
“Me escribieron en Instagram y me dijeron que si quería estar en el grupo de misses y yo decía: ‘¡Qué raro! ¿Será mentira?’ Pero era real. Ahí nos hablamos y nos compartimos fotos de comidas, de las mascotas...”, contó la morena.
Confesó también la singular forma en cómo se preparó para causar una buena impresión al responder a la pregunta en la preliminar del Miss Universo.
En los últimos tres meses, Elena ha recopilado la mayoría de las preguntas planteadas a las candidatas en Miss Universo desde 1986.
“Tengo un cuaderno donde escribo la pregunta y lo que yo podría responder. Es una buena forma de organizar las ideas, porque es lo que me falta a veces. Entonces busqué todas las preguntas desde el Miss Universo 1986 y me las formulo a mí misma, escribo una respuesta y mientras estoy en la caminadora las leo y las actúo”, afirmó.
Hay astucia en ello porque en esa recopilación halló que las temáticas suelen ser las mismas aunque con formulaciones diferentes. Sin embargo dice que también crea criterios sobre acontecimientos recientes.
“Siento que van a preguntar mucho por desastres naturales y la contaminación, por todo lo que ha pasado este año. También la controversia sobre las regiones que se quieren independizar por el caso de Cataluña y Kurdistán; probablemente algo de ISIS y del atentado en Las Vegas”, contó minutos antes de parquear en la tienda de Del Barco, en San Rafael de Escazú.
Entrar al local era un momento esperado por ella. El diseñador la recibió y condujo hasta una mesa de cristal donde estaban listos los once pares de zapatos que había diseñado en exclusiva para ella.
“Las botas rojas son un regalo personal”, le dijo Del Barco.
“Esta colección es exclusiva para ella y está diseñada en torno a su personalidad y su gusto. Es muy sobria, limpia y minimalista en muchos de los detalles, porque Elena es así. La colección está compuesta por cinco sandalias, dos pares de zapatos cerrados, un híbrido entre zapato y sandalia, un botín y tres botas muy altas”, detalló el diseñador nacional.
Cada zapato posee tacones de 15 centímetros de alto y plataformas de cinco centímetros. “Ella quería verse espigada, muy alta y con una figura espectacular y estos tacones y plataformas la van a estilizar”, explicó Del Barco.
“Ahora mido casi 1.90 metros”, agregó Elena Correa, quien pidió al diseñador empacar los zapatos en una maleta que ella recogería más tarde.
Pasaba ya el mediodía, pero antes de almorzar, la Miss Costa Rica necesitaba visitar al odontólogo Luis Kaver. Dos días antes, el especialista le había sugerido ir para alinearle una carilla que levemente era más larga que el resto, en uno de los dientes incisivos.
“Es que uno se hace obsesivo, pero por dicha solo en esto”, expresó Kaver tras completar el brevísimo procedimiento.
Explicó que el tratamiento que le realizó a Elena fue con carillas porque ella le pidió una sonrisa de miss.
“Ella quería tener una sonrisa de reina y para lograrlo hicimos crecer los dientes de Elena. Fue un tratamiento conservador y sin malestar que duró prácticamente una semana”, reiteró.
Extenuante
El final de los compromisos de Correa no llegaba con la visita al dentista. La ruta continuó hacia un restaurante. Compró algo para llevar y almorzó más de lo pensado.
La reina es supercomelona, tanto que para el Miss Universo empacó 24 latas de atún, leche de almendras y su cereal favorito que es libre de gluten.
“Almorzamos en Image Design”, sugirió. En el salón y spa, le aplicaron un baño de color en el cabello.
“Ya tenía el color del cabello muy oxidado, tirando a naranja. Ahora el viernes (10 de noviembre) tiene que venir para hacerle unas iluminaciones para darle más luz al rostro”, dijo la asesora de imagen Zubeyda Espinoza.
Ahí se tomó gran parte de la tarde y aún le faltaban dos tareas cruciales: retirar los trajes de gala y seleccionar los atuendos casuales.
Los primeros debía retirarlos antes de las 6 p. m. en la boutique Nicky Polet, cerca de su casa. Ahí la esperaba Yoseth Mata.
Elena ya conocía cada modelo y había posado con ellos para fotografías de Teletica.
“Lleva vestidos al cuerpo, corte de sirena, con aberturas, brillos y terciopelos en colores verde limón, blanco, entre muchos otros. Le recomendé vestidos bastante extrovertidos, que cuando ella los luzca necesariamente la vean. Es la miss que lleva los vestidos más extrovertidos si se comparan con los de las anteriores”, aseguró Mata.
Elena lleva 11 vestidos de gala, incluido el de la noche preliminar y final, del que la reina tica no dice otra cosa más que “es espectacular”.
Al menos para Viva, el día se comenzaba a acabar con el retorno a la casa de la Miss Costa Rica, donde estaba Adriana Chaves, de Coral Boutique, para una sesión larga: seleccionar pieza por pieza los conjuntos que Elena utilizará en las distintas actividades del concurso.
“Todo lo que le traje es tendencia ahorita. Cada outfit hay que armarlo conforme al itinerario de mañana, tarde y noche, por día y por hora”, le comentó a Correa.
Entre la exclusiva selección había piezas negras, blancas, vinos y plateadas; con mucho brillo y lentejuela. “Hay mucho brillo porque en Las Vegas hay que usar mucho brillo”, recomendó la asesora en moda a Correa, quien se comenzaría a probar cada atuendo una vez que la cámara fotográfica y de video que la acompañaron durante todo un día se apagaron.
La Miss Costa Rica saludará a Las Vegas con seis maletas, una caja de cartón con regalos y un bolso más donde lleva el traje típico (que será sorpresa). Pero también a la llamada Ciudad del Pecado, Elena aterriza con un corazón que palpita con el deseo de izar la bandera de su país en un escenario internacional. ¡Suerte!