“Chivo, chivo”, gritaban los primeros que tenían en sus manos la entrada de Súper Fan. Algunos de los más fieles metaleros , que pagaron ¢77.000, esperaron por días frente al Estadio Nacional para estar cerca de sus ídolos; otros, llegaron temprano desde diferentes rincones del país o de Centroamérica.
Marcaban las 4:15 p. m. y ya había pasado 15 minutos desde la hora en la que, según se anunció, se abrirían las puertas. Los seguidores soportaban el aguacero torrencial y el frío para no perder sus espacios en una fila que se dibujaba más ordenada de lo usual: a cada lado se encontraba lo que muchos denominaron “el río”: dos profundos charcos que limitaban el movimiento de las personas.
A mitad de la fila se encontraba Johel Hernández junto con siete amigos, quienes salieron de Honduras el pasado viernes para lograr ver a Megadeth y a Black Sabbath.
No es la primera vez que este grupo de amigos viene al país; en marzo del 2010 conocieron el estadio Saprissa, ya que asistieron al concierto que Metallica ofreció en ese recinto.
Así lo explicó el catracho, quien se cubría con una bandera de su país: “Cuando vino Metallica recogimos firmas y queríamos hacer lo mismo, pero como ha llovido tanto se hizo imposible”, dijo mientras mostraba la empapada bandera.
Dos por ¢1.000. Toda una hueste de vendedores de entradas, camisetas, capas, cervezas, refrescos y comidas deambulaba por los alrededores del estadio. Su opinión era unánime: las ventas no eran las esperadas para un concierto internacional.
La lluvia hizo que la llegada de los fanáticos se retrasara o que muchos buscasen refugio bajo cualquier rincón techado. Las capas se vendían en “dos por ¢1.000” y las entradas en reventa bajaron a lo largo de la tarde.
Una entrada de Súper Fan pasó de ¢77.000 a ¢50.000, a pesar de que se agotaron y, al inicio de la jornada costaban entre ¢85.000 y ¢90.000; una de vip pasó de ¢55.000 a ¢35.000.
“En Guatemala no llueve tanto como aquí, así, todos los días”, dijo Amanda, una joven que para lograr reunirse con sus cinco amigos al inicio de la larga cola, se refugiaba en las sombrillas ajenas.
La guatemalteca decidió visitar el país hace una semana y prefirió no mencionar su apellido ya que, según explicó, se ausentó de su trabajo durante cuatro días con la excusa de que “tenía dengue”.
Los fans conversaban, reían y se unían con humor a los reclamos por la tardanza en la apertura de las puertas. Finalmente, a las 4:50 p. m., se les permitió el ingreso lento pero constante.
Los oficiales de seguridad se tomaban su tiempo para revisar a los asistentes y les decomisan sombrillas, lapiceros y monedas. Tan pronto franjeaban los portones del edificio corrían emocionados con el objetivo de colocarse lo más posible cerca de la tarima.
Nota de redacción: Se ha cambiado el párrafo que hace referencia al grupo de hondureños que también visitó Costa Rica para asistir al concierto de Metallica, ya que esta banda se presentó el 7 de marzo del 2010 en el estadio Ricardo Saprissa y no en el Estadio Nacional, como se indicó en un principio.