En un escenario, el grupo nacional Infibeat siempre muestra su mejor cara. En octubre del 2015, cuando tocaron en Jazz Café Escazú junto al grupo panameño Señor Loop, los de Infibeat no quedaron en segundo plano.
“Este grupo es música, poesía y sudor. En su propuesta abunda la versatilidad y es evidente que hay una devoción por componer”, escribió Arturo Pardo, el critico de música de La Nación , en aquella ocasión.
Con esa devoción concentrada en cuatro nueva canciones, el grupo nacional ahora se prepara a lanzar su tercer álbum, un EP titulado Ritmos cimarrones vol. 1.
La presentación será este sábado 20 de agosto en Jazz Café San Pedro, junto al Banco Popular en Montes de Oca. La entrada costará ¢5.000. Puede reservar espacios en www.jazzcafecostarica.com o al teléfono 2253-8933.
El grupo promete para ese día una puesta en escena ambiciosa y un espectáculo de al menos 90 minutos de duración.
Concierto. “Ese día será el que más músicos tendremos en escena, es el concierto que siempre hemos querido hacer”, explicó Andrés Cervilla, trombonista del grupo.
Infibeat es un sexteto, pero para su nuevo EP se sumó una ficha más: Eli Brueggemann, quien además de ser tecladista y productor de este nuevo álbum, es director musical del programa de televisión estadounidense Saturday Night Live .
La alineación la completan Fabrizio Walker, en la voz principal; Federico Granados, en saxofón; Andrés Cordero, en bajo; Daniel Solano, en guitarra, y David Vargas, en batería y percusión.
Adicionalmente, durante la mayoría de las canciones estarán presentes las coristas Lorena Ugalde, Kumary Sawyers y Sharow Granera; el percusionista Isaac Morera y el saxofonista José Elizondo.
El repertorio del concierto será igual de nutrido. Además de presentar las nuevas canciones, estrenarán algunas del siguiente volumen de Ritmos cimarrones y repasarán canciones de sus anteriores producciones Infibeat (2011) y Aguacero (2013).
En el concierto también tocarán algunas canciones del conjunto de funk Mandril “un grupo mítico que tenía cantantes panameños”, explica Cervilla.
Será la primera ocasión en la que Infibeat toque música que no fue compuesta por ellos mismos. “No lo estamos viendo como un cover , sino como un homenaje. Sacar esas canciones nos permitió analizar grupos que no son tan conocidos en el ámbito del funk ”, expresó Cervilla.
Brueggemann también estará presente en la cita. “Ellos son grandes músicos y compositores. En este momento hay un movimiento en el mundo de la música a la que no le importa el género o las barreras y, afortunadamente, puedo decir que amigos míos están siendo parte de esto”, comentó Brueggemann.
Concepto. Esta primera entrega de Ritmos cimarrones será la primera probada que tendrá el público de un proceso más grande que ha sobrellevado la banda, centrado, sobre todo en rescatar los ritmos afrocaribeños, estudiarlos e interpretarlos.
El nuevo EP , que ya está disponible en Bandcamp.com, inicia con Vela , una canción inspirada en el currulao de Medellín, Colombia, y también tiene el funk característico del grupo.
El término cimarrón, incluido en el título, llegó a Infibeat por medio de Fabrizio Walker, el cantante. Él explicó que era un término utilizado para los animales que se escapaban, pero que, eventualmente, fue utilizado también para los esclavos negros que escapaban de las plantaciones.
“Esa palabra se tropezó conmigo en un curso de historia de Centroamérica y el Caribe en el que se habló mucho de negritud”, explicó el cantante, quien también es cantautor.
“Compuse una canción llamada Gato cimarrón que luego enseñé a Andrés Cordero y el tema del cimarrón resonó mucho en él y en el resto del grupo; somos personas que buscamos los ingredientes del funk , donde no todo mundo está buscando y tratamos de tomar muchos ritmos y hacerlos nuestros”, explicó Walker.
La palabra cimarrón encontró puerto en un grupo que siempre ha querido ver la música como un espacio para crear sin ataduras de género, la música como un sinónimo de libertad.
Nuevos sonidos. Aunque la obra de Infibeat se centra en el funk , también toma elementos sonoros del jazz y mucho del fraseo del hip-hop . Cervilla explica que su acercamiento a estos ritmos siempre ha sido “respetuoso”.
“No es solamente hacer música para que la gente baile, sino que hemos profundizado en la historia de cada ritmo que tocamos”, dijo el trombonista.
Por su lado, Walker vio esta inmersión en los ritmos afro como una oportunidad para conectarse con sus raíces.
“En la música he encontrado mi herencia afrodescendiente. Todos en el grupo andamos muy detrás de la música afro y puedo decir que a mí me gusta por eso, pero creo que es música que le gusta a todo el mundo.
”En este momento hay una vanguardia de música afro bastante amplia con Kendrick Lamar, por ejemplo, y se nota más ese gusto”, comentó el cantante.
Para Walker, ser cimarrón o comportarse como uno, tiene tanto que ver con buscar la plenitud y la libertad, como salir de la zona de confort.
En El topo y la hojarasca , una canción de reggae que compuso a otro grupo pero que finalmente terminó en manos de Infibeat, Walker narra la historia de un animal que se muda del campo a la ciudad, pero que en el fondo podría ser una historia de su propia vida.
“En mi caso no fue drástico porque soy de Cartago, pero sí se sintió un cambio cuando llegué a Chepe. La canción es sobre eso: alejarse, separarse, irse a donde está turbio y ahí sale lo cimarrón; de ir a un lugar menos pacífico, sale de su zona de confort a estar casi solo”, explicó Walker.
En Cosmonauta y Clavo y canela , Infibeat deja salir todas sus armas en el funk . Son canciones rápidas y animadas; la primera introspectiva y la segunda, romántica, “casi adolescente”, dice Walker.
En cuatro canciones se puede entender la inspiración de Infibeat. Pero para ver su mejor cara y su momento más honesto, hay que darse cita con ellos en vivo.