Brutalmente honesto. Aunque no necesariamente hostil. Eso sí, es un entrevistado de cuidado, lanza dardos siempre, pero cuando la pregunta lo incomoda, peor aún.
También es brillante, ágil de mente e increíblemente rápido de reacción.
Así lo describen, a grandes rasgos, quienes han tenido el privilegio de entrevistar al hombre del momento, al actor que pasará a la historia como el protagonista de la primer gran serie producida exclusivamente para Internet.
La semana pasada, con motivo de la segunda temporada de House of Cards , Kevin Spacey acaparó las búsquedas en la red, los titulares en el mundo y la atención de millones de espectadores, encabezados nada menos que por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien se dejó llevar por la emoción y publicó en Twitter, el día antes del estreno: “Mañana: @houseofcards. Sin spoilers , por favor”.
Lo cierto es que Spacey, nacido en New Jersey en 1959, también ha debido sacrificarse y sacar tiempo para algo que no se le da muy bien: las entrevistas con medios de todo el mundo.
Es así como en medio del sonado estreno, se supo que la realidad política de Washington no está tan lejos de la ficción que narra la popular serie de Netflix, o al menos eso es lo que ve su protagonista cada vez que se sienta a ver los informativos, según un reporte de la agencia EFE.
“Podemos grabar un día y al volver a casa y poner las noticias piensas: ‘Sabes, nuestras historias no son tan disparatadas, en realidad no lo son’” , dijo el actor en el programa matinal de los domingos This Week , de la cadena ABC.
Spacey encarna al maquiavélico congresista Frank Underwood como el vicepresidente de EE.UU., después de un laborioso plan para ascender al cargo relatado en la primera temporada.
“Se lo he oído a mucha gente”, dijo el actor. “Algunas personas piensan que el 99 por ciento de lo que se muestra es así, y que el 1% no, como que nunca se podría conseguir que se aprobara una ley de educación tan rápido”, ironizó.
Spacey no desaprovechó la oportunidad para dar un toque de atención al Congreso estadounidense actual, uno de los peor valorados de la historia y ejecutor de un reconocible obstruccionismo a las políticas del presidente Barack Obama.
“Debe ser muy interesante, no solo para el público estadounidense, sino para la gente de todo el mundo, ver un Congreso muy eficaz que hace las cosas así. Me imagino que (Obama) tiene que pensar: ‘Dios mío, ojalá pudiéramos avanzar con tanta rapidez’” , comentó el artista.
House of Cards es una adaptación de una serie (y libro) británica del mismo nombre producida por el director David Fincher ( The Social Network), entre otros, que causó sensación en 2013, cuando se convirtió en la primera serie de internet en ser candidata al Emmy de mejor drama del año.
Spacey y Robin Wright, que interpreta a la ambiciosa esposa de Underwood, obtuvieron sendas nominaciones a esos galardones, un éxito que no hizo más que incrementar su popularidad.
Por otra parte, el diario El Nuevo Herald también publicó las impresiones de Spacey de cara al meollo mediático en el que se vio inmerso por estos días.
“ Me encanta que la nueva temporada se estrene el Día de San Valentín”, dijo maliciosamente. “Creo que su relación es increíblemente romántica”.
Según ese medio, que logró la entrevista una semana antes del estreno, Spacey, de 54 años, luce más joven y accesible que Underwood, quien a pesar de su encanto sureño y su energía inagotable, parece acabado por las presiones de su trabajo y su ambición insaciable.
“Hay tantas cosas que no sé de Francis, tantas cosas que estoy aprendiendo”, dijo claramente complacido de que le hayan dado más tiempo para explorarlo: Netflix anunció recientemente planes para una tercera temporada.
“ Siempre pensé que la profesión más cercana a la del actor es la de los detectives”, agregó. “ Nos dan pistas, a veces pistas de las que están conscientes y a veces no. Después las pones todas juntas y tratas de que cobren vida como un personaje que es complejo y sorprendente, incluso para uno mismo ” .
El estrellato de Spacey en la serie llega tras varias películas aclamadas como Los ángeles al desnudo , El precio de la ambición , Se7en y Recount , así como Los sospechosos de siempre y Belleza americana , por las que ganó sus dos Óscar.
Desde el 2003, ha trabajado como director artístico del Teatro Old Vic de Londres, en el que tuvo el papel estelar en Ricardo III de Shakespeare, cuyo carácter diabólico le sirvió como modelo para su personaje en House of Cards .
“ Estoy convencido de que sin el trabajo que he hecho en el Old Vic no habría estado listo para hacer el papel de Francis Underwood ”, dijo el actor.
Por ejemplo, Ricardo III le ayudó a dominar los diálogos dirigidos directamente al público.
“Lo hice por 10 meses en 12 ciudades alrededor del mundo”, dijo Spacey al Herald , “y pude ver el brillo y el deleite pícaro de un público al que dices, ‘voy a hacer esto y ustedes no van a creer que me voy a salir con la mía, así que esperen y vean’”.
“Si no hubiera visto todas esas caras, no sé si hubiera sabido qué hacer en House of Cards cuando miro directamente al lente de la cámara”.
Y es que, como reseñó el diario colombiano El Tiempo en una entrevista exclusiva hace un año, con motivo del lanzamiento mundial de House of Cards , el lenguaje gestual de Spacey es arrollador.
“La mirada escrutadora de Kevin Spacey y su expresión grave, contenida, como a punto de explotar en maldiciones, es el primer recuerdo que se viene a la mente al pensar en películas como Los sospechosos de siempre, Se7en, Los Ángeles al desnudo o Belleza americana”.
Su rostro inconfundible es un imán que absorbe la pantalla, grande o chica, en particular por sus papeles de villano, como el del asesino en serie John Doe ( Se7en ), que la revista británica Total Film seleccionó como uno de los 20 mayores malvados de la historia del cine, por encima de Freddy Krueger y Lord Voldemort, reseña .
Sin embargo, en aquella ocasión fue vehemente al aclarar que su talento actoral le han ganado un lugar privilegiado en Hollywood pero no solo por sus roles de malo.
“No sé si usted vio otras películas mías como El precio de la codicia ( Margin call ) o Recount ... hay cinco o seis películas que he hecho en un lapso de 25 años y han generado una impresión de crueldad. Pero no reflejan quién soy, qué clase de ser humano, ni los papeles que hago en teatro. Así que me siento cansado de la pregunta porque siempre tengo que decir: ‘No, está hablando de seis papeles y quizás sean los únicos que usted recuerde, pero no es toda mi vida’”.
La entrevista con el diario colombiano ratifica la impresión de decenas de medios mundiales que han logrado traspasar el cerco del actor.
“Spacey habla claro y duro. Mirando a los ojos. Incluso, en la elaboración de Francis, su nuevo personaje, mira a la cámara con frecuencia, lo que le confiere a House of Cards un tono de falso documental en el que el protagonista es también narrador y hace acotaciones irónicas sobre lo que se ve en pantalla”.
“El actor se siente cómodo investido de poder. Dentro y fuera del set. En la entrevista, se recuesta en su sillón de cuero y apoya sus tenis de lona verde en la mesa de vidrio para revelar las fuentes de su incursión en el Congreso: ‘He estado involucrado en la política toda mi vida, ese mundo me es familiar’. Con respecto a este personaje en particular, estoy muy agradecido con Kevin McCarthy, líder de la mayoría republicana en el Senado. Él me dedicó mucho tiempo, respondió todas mis preguntas, me permitió recorrer el Capitolio y entender cómo se hace que todo un grupo de congresistas vote en el sentido que uno quiere. Y también con Steny Hoyer, líder de la bancada demócrata, a quien conozco desde hace varios años”.
Dato importante: Spacey no solo protagoniza House of Cards , sino que es el productor de la serie junto con el director David Fincher, que tiene un sólido nombre por tener en su hoja de vida cintas como Se7en , El club de la pelea , o La red social .
“Soy muy afortunado por conocer de tiempo atrás a David, mi compañía ha estado involucrada en muchos de sus proyectos y hemos formado un gran equipo. David tiene una forma muy específica de abordar el tema, filmarlo y editarlo”.
En su rol de productor, Spacey apoyó la decisión de hacer esta nueva versión de un seriado original inglés, grabado hace varios años y que, a la postre, marcaría un antes y un después en la industria del entretenimiento.
“Yo vi la serie británica cuando la pasaron en televisión, en los 90: mi madre la amaba. Simplemente tuve que leer un poco para familiarizarme, y verla de nuevo. Sin embargo, no estamos haciendo lo mismo. Como dice Michael Dobbs (autor del libro que inspiró todo), esta ‘encarnación’ de la serie es muy diferente de la original”.
Rebelde y hermético
Si Spacey se caracteriza por hablar poco con la prensa, aún cuando de sus papeles más importantes se trata, es básicamente una muralla infranqueable con su vida personal.
Soltero y sin hijos, ha guardado silencio siempre sobre los rumores de su supuesta homosexualidad.
Su biografía se ha ido construyendo de a poquitos: se sabe que nació el 26 de julio del 59 en South Orange, New Jersey y que su carácter le trajo problemas desde niño. Sus padres tuvieron que internarlo en una Academia Militar de Northridge como castigo por quemar la caseta construida en un árbol de su hermana mayor. Pero de la misma academia lo expulsaron por golpear con un neumático a un compañero.
Cualesquiera que fueran sus demonios, es un hecho que los exorcizó en la secundaria, cuando empezó a participar en teatro para canalizar su energía.
En 1982 consiguió debutar en Broadway con la obra de Henrik Ibsen Ghosts . En la pantalla grande fue en 1986, en la película Heartburn , después trabajó en papeles más relevantes, en el cine y en el teatro. En el año 1991 ganó su primer galardón, esto gracias a la película Last in Yonkers y, en 1996 debutó como director con la película Albino Alligator y con American Beauty (1999) se consagró como actor.
Lo demás, es historia. Una historia que, según él, tendrá su epílogo pronto, pues piensa pensionarse antes de cumplir 60. Si es que se lo permiten.