Mes y una semana después de anunciar su salida de la cadena televisiva Univisión (efectiva a partir de diciembre), la periodista María Elena Salinas estrenó para el público latinoamericano el programa La historia detrás del crimen.
Además de ser la presentadora del espacio, Salinas aparece en los créditos como una de las productoras ejecutivas de la serie documental de Investigation Discovery (ID), que desenmaraña las tramas de crímenes espeluznantes con nuevas evidencias, perspectivas o referencias.
La historia detrás del crimen se emitió entre abril y junio anteriores en Estados Unidos con el nombre The Real Story ; sin embargo, los 10 episodios fueron doblados al español, en exclusiva para la audiencia latina.
En Costa Rica, el programa se transmite los jueves a las 10 p. m. por ID. El primer capítulo se difundió la semana pasada.
Frente a La historia detrás del crimen está María Elena Salinas, una connotada comunicadora con 36 años de trayectoria profesional y nombrada en el 2006 como Voz de los hispanos en Estados Unidos por el célebre diario The New York Times.
Salinas –hija de inmigrantes mexicanos y nacida hace 63 años en Los Ángeles, Estados Unidos– inició su prolífica carrera como reportera de KMEX-34 (afiliada de Univisión en Los Ángeles) en 1981 y seis años después se convirtió, junto a Jorge Ramos, en presentadora del Noticiero Univisión.
En 1998, la comunicadora estrenó en la misma televisora –la principal de habla hispana en Estados Unidos– Aquí y Ahora , un programa que analiza a fondo temas controversiales.
De esa manera fue consolidando su voz y rostro en la pantalla, a tal punto que la Academia Nacional de Ciencias y Artes Televisivas de Estados Unidos la reconoció en el 2012 con un premio Emmy a la trayectoria, y el año pasado el Noticiero Univisión obtuvo el Emmy a mejor noticiero en español.
A esos trofeos se unen el Peabody Award (excelencia de la radio y la TV de EE.UU.) que recibió en el 2015 por el documental Entre el abandono y el rechazo , que contó el éxodo de los niños centroamericanos a Estados Unidos, y el Mickey Leland Humanitarian Award, en el 2016.
El martes anterior, María Elena Salinas conversó telefónicamente con Viva. En la entrevista, la comunicadora prefirió hablar profundamente de su nuevo programa de Investigation Discovery, que del fin de su etapa laboral en Univisión.
¿Cómo resume estos 36 años de carrera periodística?
Ha sido una gran experiencia. Un proceso de mucho privilegio el poder ser testigo de la historia durante todos estos años, y del contar historias del crecimiento de la comunidad hispana, que es lo que más me apasiona.
Fue sorpresivo el anuncio de su salida de Univisión, ¿cuándo empezó a sentir que ya debía cerrar ese ciclo?
Lo de la noticia de mi salida prefiero hablarlo cuando me vaya, que será en diciembre. En ese anuncio dije lo que tenía que decir; después tendré más tiempo de hablar de este proceso y de este cambio en mi vida profesional (trabajará como periodista independiente y productora).
Durante su trayectoria televisiva fue reconocida con prestigiosos premios, ¿qué representan esos galardones para usted?
Son reconocimientos más que todo al trabajo de equipo. Normalmente cuando hacemos un trabajo sabemos la gente que lo vio por los ratings que nos llegan, pero rara vez sabemos si tuvo algún impacto. Creo que estos premios nos ayudan a entender que tu trabajo profesional trascendió, pero también te dan ánimo para seguir adelante, especialmente al equipo con el que trabajas porque ninguno de esos premios me los gané yo solita.
Desde la pantalla, de alguna manera usted empoderó a los hispanos en Estados Unidos, ¿era ese su objetivo como periodista?
Esa fue mi misión. Cuando empecé a trabajar en televisión a principios de los 80, la comunidad hispana era muy pequeña. Yo trabajaba en Los Ángeles, no teníamos representación política y me di cuenta de que era así porque la comunidad hispana no se involucraba, no tenía información, no se registraba, no era ciudadano, no calificaba (a ser ciudadano estadounidense)... Desde ahí fue una misión el empoderamiento político (de los latinos). Sabía que la única manera en que nos iban a hacer caso en este país y que nos iban a respetar como comunidad era cuando se dieran cuenta que nosotros también votamos y que también tenemos algún tipo de influencia. Para mí fue una misión, no fue algo por casualidad, fue algo que siempre quise hacer. Mientras tenga voz, en Univisión o fuera de Univisión, siempre voy a abogar a favor de mi comunidad. Univisión ha sido una plataforma extraordinaria para eso, pero no es la única.
¿Cómo logra mantener la objetividad periodística con este gobierno estadounidense tan hostil para la comunidad latina?
A veces es difícil porque nuestra labor no es dar nuestra opinión, sino más bien reportar tal y como son las cosas. Algunos dicen que nos convertimos en activistas, pero creo que el dar tu punto de vista y el que te importe tu comunidad no es ser activista, es simplemente darle un balance al debate político en este país, porque la narrativa de aquí (EE.UU.) en inglés es de atacar a los indocumentados, a los inmigrantes, y culparlos por todos los males de este país. Por eso es tan importante siempre darles voz a ellos (los inmigrantes) que no tienen voz. Contar sus historias es lo mejor que podemos hacer. Cada vez se nos hace un poquito más difícil mantener la objetividad con esta administración (la de Donald Trump).
Estrena una serie en Investigation Discovery, ¿en qué momento surgió La historia detrás del crimen ?
Hace como dos años empezamos el proceso de hablar con ID. Después tenía que tener permiso de Univisión para hacerlo porque yo tenía contrato de exclusividad con ellos. Me permitieron hacerlo en español para América Latina únicamente y en inglés aquí en los Estados Unidos. Este es un programa de investigación periodística que me gustó mucho por la idea de tener una hora completa para contar una historia. Hay historias que merecen ser contadas en detalle y, en este caso, cuando hablamos de crímenes tenemos que tratar a la persona no como una estadística más, sino como un ser humano.
¿Qué casos se encargó de investigar?
Hay todo tipo de programas. Algunos son masacres, otros son crímenes de mujeres desaparecidas. Hay dos casos en particular de personas que fueron acusadas por un crimen que no cometieron por la corrupción que hubo de parte de las autoridades. También tenemos el caso de Pulse, la masacre en la discoteca en Orlando, en donde hablé con sobrevivientes y con un individuo que dice haber sido amante de Omar Mateen, que es la persona que perpetró esa masacre. Creo que si hay un común denominador en todo esto, viene siendo el hecho de que muchos de estos crímenes se pudieron haber evitado si alguien hubiera hablado, si alguien hubiera dicho lo que vio, si se hubiera denunciado y si las autoridades hubieran hecho bien su trabajo.
¿Psicológicamente cómo se preparó para este proyecto?
He hecho este tipo de programas de crímenes en varias ocasiones en Aquí y Ahora , en Univisión. Como madre de dos hijas (una de 20 y otra de 22) a veces sí llegaba a la casa pensando y preocupada. Está esa regla no escrita, la de que los periodistas no debemos involucrarnos emocionalmente en una historia, pero es casi imposible el que no lo sientas, que no te duela, que no te preocupe. Resultó ser un aprendizaje para mí también y espero que así lo vea el público.
¿Qué de nuevo experimentó como profesional en este programa de crímenes?
Es difícil de decir porque el periodismo es periodismo y las historias son historias; pero me gusta mucho el formato largo en el que tienes una hora completa para contar una historia nada más. En La historia detrás del crimen hay dramatizaciones de los hechos y nunca había hecho un programa con esa característica, lo cual se me hizo interesante porque fue hecho de muy buen gusto. También tuve la oportunidad de ser una de las productoras ejecutivas de este programa.
¿Se le facilitó ser una periodista tan reconocida a la hora de obtener las entrevistas?
La mayoría de las entrevistas fueron en inglés con un público americano, muchos de ellos no me conocían, con excepción de dos casos latinos. Fíjate en lo interesante que es, Investigation Discovery hace focus groups antes de un proyecto como este y parte de las entrevistas era si me conocían, si me creían, si confiaban en mí... y pues el resultado fue que me contrataron e hicimos este proyecto. Recuerdo el caso de una señora americana que me dijo que ella no quería hablar del crimen de su hija, pero que después me buscó por Google, que le inspiré confianza y que decidió hablar conmigo. Lo más importante aquí es demostrar que no estamos para hacer sensacionalismo, para aprovechar y explotar el dolor de una persona; estamos aquí para contar su historia y para permitirles a ellos dar su punto de vista, que puedan cerrar ese círculo y ayudar a otras personas a evitar ese tipo de crímenes.
¿Cuál caso la impactó más?
Hubo muchos. El de Pulse fue increíble. Me senté a escuchar los relatos de los sobrevivientes de esa masacre y como que nos transportan adentro de la discoteca con lo que estaba pasando en aquel momento. Eso fue muy impactante para mí. También está el caso de una niña pequeñita de dos años y medio que fue asesinada. Hablé con la mamá de la niña. Era una niña que fue puesta en una situación en la que no debería de haber estado. Esa madre podría haber protegido a su hija si se hubiese dado cuenta que su hija estaba en peligro. Eso también me impresionó muchísimo.
¿Se siente satisfecha de estos 10 episodios?
He hecho muchas cosas y siempre busco cosas nuevas por hacer. Siempre he dicho que lo fascinante de mi profesión es que siempre hay una nueva entrevista qué conseguir, una nueva historia qué contar y una nueva tecnología qué conquistar. Así que este era un nuevo formato, un nuevo programa, hacerlo en otro idioma fue un reto para mí, pero estoy complacida.
Véalo: La historia detrás del crimen, todos los jueves, 10 p. m., Investigation Discovery.