“En el cielo se levanta un castillo de acero negro. ¡El superrobot Mazinger Z!”. Con los primeros versos de la canción de Ichiro Mizuki, el 3 de diciembre de 1972, debutaba en el canal japonés Fuji TV una serie animada que marcaría un hito en la historia de la televisión.
Hace 40 años, Mazinger Z llegó a la pantalla chica para revolucionar el género de las grandes criaturas mecánicas y encandilar a toda una generación que se crió admirando sus hazañas. Raro era el niño en Japón que, por entonces, no se plantara frente al televisor cada tarde de domingo a disfrutar las aventuras basadas en el manga que solo tres meses antes había comenzado a publicar el dibujante Go Nagai.
Años después, el fenómeno se repitió en España, Chile, Paraguay y México, donde nombres como Koji Kabuto, Sayaka Yumi, Dr. Hell o Barón Ashler se grabaron en la memoria de grandes y chicos.
Costa Rica no fue la excepción, aunque aquí la serie de 92 capítulos llegó a la televisión casi por casualidad, como un regalo de la Embajada japonesa que el Sinart rechazó por su contenido violento y cedió a canal 6, para dar paso a una historia que sus fanáticos ya conocen.
Pionero. Uno de los elementos de Mazinger Z que más cautivó fue que en esta serie, el joven Koji Kabuto debía tripular a Mazinger desde un planeador que se acoplaba a él como si fuera su cerebro. Por eso, la mayoría de estudiosos del manga , la animación y hasta la ciencia ficción, consideran a Mazinger Z como la primera narración que imaginó con éxito un robot tripulado que crea una simbiosis con su piloto como si ambos fueran un solo ser. Ellos afirman que, sin Mazinger, los personajes de Transformers no serían lo mismo.
En Japón, Mazinger es aún una saga aplaudida que no cae en el olvido. Ahí, como en decenas de sitios alrededor del orbe, muchos adultos todavía se emocionan al observar cómo el agua de una piscina se parte en dos y un enorme robot surge de ella para salvar al mundo.