Liberia, Guanacaste. “La astronomía es fascinante y es la herramienta más idónea de enganchar a todas las personas, especialmente los niños, a la ciencia. Nada puede cambiar la vivencia de observar el cielo y aprender a sorprenderse del entorno y preguntarse qué hay más allá de las estrellas y el porqué: ¡eso es ciencia pura!”.
Con esas palabras, el astrónomo canadiense Jaymie Matthews, de la Universidad de la Columbia Británica, invitó esta semana a padres y educadores costarricenses a valerse de esta afición natural de las personas de ver el cielo para incentivar esta y otras vocaciones científicas.
Matthews es el investigador principal del telescopio espacial MOST de la Agencia Canadiense del Espacio.
Ese instrumento estudia la vida de las estrellas a través de los cambios en la cantidad de luz que estas emiten. Por ello, él se denomina el “paparazi de las estrellas”.
El prestigioso científico visitó esta semana el país como conferencista del I Congreso Internacional de Astronomía que culminó ayer en Liberia, Guanacaste, con una amplia participación de estudiantes universitarios y educadores de todo el país.
“A todo el mundo le gusta mirar al cielo ¿a quién no? Esta es una adicción hermosa. Ver el cielo es el primer paso para enamorarse de la investigación. No se necesita siquiera un telescopio, con solo la curiosidad basta”, aseveró el canadiense.
Y agregó: “Yo, por ejemplo, no tengo familiares que tengan formación en ciencia y no tengo historias fantásticas del porqué quise ser astrónomo. Sin embargo, recuerdo que desde los cuatro años veía hacia arriba por la noches y me quedaba viendo aquello que destellaba a lo lejos”.
El investigador explica que si a alguien le interesa por qué brilla más una estrella que otra puede ser que, “bien encaminado”, termine estudiando física. Por el contrario, si más bien se intriga en los colores podría ser que sea en el futuro un buen químico o un buen biólogo.
Matthews aseguró que tener más personas más interesadas en la astronomía, y también en las otras ciencias, hacen de un país un lugar mejor, con gente más sensible que no se queda con dudas en la cabeza ante un tema, sino que busca resolverlas a como puede.
“Yo les aconsejo a quienes tengan la curiosidad de ser astrónomos que se esfuercen en cumplir sus sueños. Mucha gente tiene miedo de que esa profesión no tiene futuro, pero eso está completamente errado: hay mucho que descubrir y cada vez más aplicaciones de esta rama científica”, sostuvo.
El canadiense reconoció cómo los astrónomos pueden ayudar incluso con temas tan terrícolas como el cambio climático, estudiando planetas similares a la Tierra, como Venus, que también experimenta este fenómeno.
“El límite es la imaginación y la astronomía promueve esa imaginación bajo las estrellas”, dijo.