Un estudio estadounidense demostró, por primera vez, que altos niveles de testosterona pueden conducir a una gran pérdida de células del cerebro (neuronas).
El hallazgo pone en jaque a quienes toman esteroides para elevar sus niveles de testosterona y conseguir más masa muscular.
La testosterona es la principal hormona masculina y desempeña papeles fundamentales en el desarrollo, crecimiento celular, y la diferenciación (cambio de voz, aparición de la barba y definición de los músculos).
El estudio demostró que los altos niveles de esta hormona masculina accionan la muerte programada o suicidio de las células del cerebro (apoptosis).
Las pruebas en el laboratorio mostraron que si bien un poco de la hormona masculina es buena, demasiada cantidad provoca la autodestrucción de las células en un proceso similar al observado en enfermedades cerebrales, como el mal de Alzheimer.
Para demostrar esa teoría, los científicos aplicaron testosterona a cultivos de células nerviosas y descubrieron que, en niveles altos, la hormona masculina desencadena un proceso de muerte celular.
“En el estudio demostramos por primera vez que las concentraciones elevadas de testosterona en períodos relativamente cortos, 6 a 12 horas, activa un programa de la muerte de la célula”, comentó Bárbara Ehrlich, principal autora del trabajo de la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Por el contrario, las bajas concentraciones de testosterona no tuvieron ningún efecto en la vida de las neuronas.
Los resultados aparecen en la revista de Química Biológica de la Escuela de Medicina de Yale.
En riesgo. Los investigadores creen que el daño celular por grandes cantidades de testosterona podría explicar la hiperexcitabilidad.
Algunos usuarios de esteroides se vuelven agresivos y suicidas, tras emplear esta droga para elevar la hormona masculina.
Este trastorno se llama hiperexcitabilidad y es bien conocido en el mundo de físioculturismo.
Según Ehrlich, la hiperexcitabilidad podría indicar la presencia de daños en las funciones cerebrales de estos usuarios.
Recientes escándalos involucraron a atletas que emplearon esteroides, que se transforman en testosterona en el organismo, para obtener ventajas deportivas.
En un artículo, los investigadores señalaron que las personas deberían pensar dos veces antes de tomar suplementos con testosterona, pese a su poder para aumentar la masa muscular y recuperar la capacidad pulmonar luego de hacer ejercicio. Esta práctica tiene además otras secuelas de riesgo en el organismo, como temblores, calvicie e infertilidad.