Un año ha sido insuficiente para que el Gobierno de Costa Rica haga oficial su interés en la devolución de 457 piezas de la “Colección Patterson”, que son patrimonio arqueológico del país, según el Museo Nacional.
Problemas en la traducción han atrasado en las últimas semanas el envío a Alemania de una “comisión rogatoria”, el documento con el que el Gobierno de Costa Rica comunicará formalmente su interés en la devolución de los objetos.
La “Colección Patterson” fue organizada por Leonardo Patterson, un costarricense que trabajó como diplomático durante la administración Figueres Olsen y pidió al actual presidente de la República, Óscar Arias, un nombramiento similar.
De Santiago a Múnich. La “Colección Patterson” se exhibió en Santiago de Compostela (España), en el año 1997, y después de ello fue almacenada.
No obstante, en el 2007 fue descubierta por la Brigada del Patrimonio Histórico, de la Policía Nacional de España, que solicitó a los países interesados –incluida Costa Rica– realizar los trámites para reclamar las piezas.
Según el comunicado de la Policía, Perú fue el único país que solicitó mediante una comisión rogatoria la restitución de varias piezas. Ayer, ese país andino recibió 234 objetos arqueológicos pertenecientes a la colección.
En noviembre del 2007, el Museo Nacional de Costa Rica solicitó al Ministerio de Relaciones Exteriores intervenir en el asunto.
La solicitud fue transferida en ese mismo mes al embajador costarricense en España, Melvin Sáenz Biolley, para que realizara “las gestiones pertinentes para la devolución de las piezas”.
El Ministerio de Cultura asegura no haber recibido respuesta del embajador antes de que, en mayo pasado, se dieran cuenta de que las piezas de la “Colección Patterson” que no habían sido reclamadas por Perú se habían trasladado a la ciudad alemana de Múnich.
Como el traslado se llevó a cabo de forma irregular, ahora la Policía alemana tiene en su poder dichas piezas y pidió de nuevo a los países interesados una comisión rogatoria.
Sergio Valderomar, de la Oficina de Asistencia Técnica del Poder Judicial, afirmó que ya tenían listo el documento, pero que su traducción se hizo de manera inadecuada. “La comisión rogatoria nosotros la hicimos, pero la Embajada de Alemania la devolvió aduciendo que había errores de traducción. Se devolvió al Juzgado Penal, pero tenemos un problema de pago de honorarios. Estamos en trámite para que nos autoricen el pago de la nueva traducción”, explicó.
“(Si no fuera por eso) hace meses se hubiera ido”, añadió.
Por su parte, Marlin Calvo, del Museo Nacional, aseguró que su institución ha hecho todo lo posible por recuperar las piezas.
La directora del Museo Nacional, Rocío Fernández, envió una carta el 2 de octubre al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, pidiéndole “agilizar el envío” de la comisión rogatoria al Ministerio de Relaciones Exteriores para que este, a su vez, la remita a las autoridades alemanas.
Valderomar afirmó que, una vez lista la traducción, el documento debería tardar unos 15 días en llegar a Alemania.