San José (Redacción). Los sótanos de la Biblioteca Nacional, que resguardan históricas obras de arte y literatura, se inundaron esta tarde, según comprobó un equipo de “La Nación”.
De acuerdo con Margarita Rojas, directora del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi), la voz de alarma se dio alrededor de la 1:45 p. m. de este viernes.
Tras dos aguaceros, el agua empujó una serie de tapas de cajas de registro y el agua empezó a inundar el sótano de la biblioteca. En esta parte del edificio se encuentra el departamento de conservación de periódicos y libros antiguos, varios cubículos para los investigadores con equipo técnico y la Sala de Colecciones Especiales, principalmente.
En la Sala de Colecciones Especiales se resguardan actualmente unos 25.000 libros, todos antiguos, de los siglos XVII, XVIII, XIX y principios del XX, según explicaron funcionarios de la entidad.
El agua no llegó directamente a esta sala debido a que se encuentra unos centímetros por encima del nivel general del sótano.
Sin embargo, Rojas aseguró que la gran humedad que generó la inundación afecta los documentos.
Cuando el equipo de ‘La Nación’ arribó al lugar, una veintena de funcionarios trabajaban extrayendo el agua.
Bolaños aseguró que esta situación nunca se había presentado en el edificio.
Los sótanos de la Biblioteca Nacional también son sede de una bodega del Museo de Arte Costarricense que custodia 6.300 obras de arte.
Ahí el agua salió por un cenicero de un baño de una pulgada de diámetro en un chorro que alcanzó 15 centímetros e inundó la mitad del espacio en pocos segundo, explicaron funcionarios del lugar.
Ninguna de las obras de artes se vio afectada directamente.
Al lugar se presentó la Ministra de Cultura, María Elena Carballo, con el fin de buscarle una solución al problema. Sin embargo, aún no se tiene claro ni siquiera qué provocó la inundación.
Rojas sospecha que los trabajos en el Paseo de Damas pudieron afectar la salida del agua de lluvia a las alcantarillas.
Representantes de la constructora rechazaron esa hipótesis y suponen que los sedimentos y basura de los últimos días, cuando no llovió, taparon las alcantarillas la tarde de este viernes y afectaron la saluda de las aguas pluviales.