Con atención, Estebana Cortés observa la ingeniería detrás de un abanico de mano. Ella planea copiar esa estructura para diseñar las alas de un “zanate-robot” que construye junto con Xinia Delgado, Jorge López y Adriana Retana.
El cuerpo del pájaro es una botella vacía de una gaseosa. El alambre moldeado se ha encargado de darle patas, cabeza y un mecanismo de movimiento a la criatura.
Con ayuda de un GoGo Board –una interface que permite que una computadora dirija el movimiento del objeto– el “zanate-robot” podrá mover las alas.
El “zanate-robot” es tan solo una de las creaciones que un grupo de 26 maestros costarricenses idearon esta semana en un taller organizado por la Fundación Omar Dengo.
Una libélula, una hormiga y una sombrilla también adquirieron vida de la mano del alambre, el ingenio y una GoGo Board.
El taller responde a una nueva propuesta de la Fundación Omar Dengo (FOD) y el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). “Desde 1988 hemos tenido una larga y productiva relación con la FOD, cuando se introdujeron las computadoras a las escuelas”, dijo David Cavallo, investigador del MIT Media Lab.
“En la FOD siempre se ha enfocado utilizar la computadora para crear cosas”, destacó Cavallo, codirector del proyecto “El futuro del conocimiento”, del Media Lab.
En nuestro país, bajo la dirección del Ministerio de Educación Pública y la FOD, 25 escuelas y 14 colegios son parte de un programa de robótica, en que alumnos diseñan robot con la ayuda de piezas de lego, que responden a una necesidad de su comunidad.
Arte interactivo. Lo que Cavallo pretende lograr con la nueva propuesta de crear robot con alambre, en lugar de legos, es dejar más libertad para la imaginación.
Más allá de la robótica, Cavallo propone que se trata de “arte interactivo”. Con la ayuda del alambre se pueden trazar en tres dimensiones los objetos de la imaginación de cada individuo.
Por ejemplo, en una escuela en Escocia, donde se ensayó esta técnica, los niños crearon ángeles con alas que se mueven y monstruos que saltan, contó Cavallo.
“Es divertido, pero es trabajo”, dijo Cavallo. Y es que, además de desarrollar la creatividad, la técnica también lleva a aplicar conocimientos matemáticos y físicos para dar movimiento.
Además de dar más libertad a la imaginación, la nueva propuesta del Media Lab también es más económica que el tradicional robot construido con lego. “Creemos en el valor de la tecnología en la educación, pero hay que hacerla accesible a todos, porque si no queda solo para el alcance de la élite”, destacó Cavallo.