La Agencia de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) le dio el visto bueno a Aptima, de la firma GenProbe, una nueva prueba de laboratorio que permitirá un diagnóstico temprano de la presencia del virus del sida en el organismo de las personas infectadas.
Hasta ahora, las pruebas de VIH solo detectaban si un individuo estaba infectado cuando aparecían en su organismo los anticuerpos al virus del sida.
Con este nuevo método el diagnóstico será posible antes de que aparezcan dichos anticuerpos, ya que Aptima, cuyo nombre completo es Ensayo Cualitativo de ARN VIH Aptima, ayuda a detectar el material genético para diagnosticar el virus VIH-1 sin necesidad de la presencia de los anticuerpos.
Incluso esta nueva prueba se podrá utilizar para confirmar los resultados de los exámenes que se usan actualmente y que no siempre son del todo confiables.
El avance por esta aprobación es comparable a cuando la agencia aceptó las pruebas que miden la carga viral del VIH-1 y se estableció un modo para monitorear a los infectados con el virus y la progresión del sida.
Sin embargo, esta aprobación, a diferencia de la de la prueba de carga viral, aportará el diagnóstico temprano de la infección, sin necesidad que la persona sufra de la enfermedad.
Este diagnóstico más temprano permitirá que las personas infectadas puedan comenzar con el tratamiento antes de lo que lo hacían hasta ahora, lo cual podría tener como resultado una mejora en los resultados de las terapias.
“Este producto ofrece a los laboratorios de diagnóstico médico la capacidad de realizar pruebas sobre la base genética del VIH-1 que, hasta ahora, solo formaba parte de un equipo mayor utilizado para analizar a los donantes de sangre y plasma”, explicó Jay Epstein, del Centro de Evaluación Biológica e Investigaciones de la FDA.
La FDA también aprobó la prueba Procleix Ultrio de la misma empresa farmacéutica que Aptima, que sirve para evaluar la presencia del virus del sida y la hepatitis C en la sangre, plasma, órganos y tejidos donados.
Muchos bancos de sangre fuera de los Estados Unidos cuentan con Procleix Ultrio desde el 2004 y gracias a este examen se han interceptado cargas de transfusión con el virus de la hepatitis B, que de no haber sido descubiertos habrían contagiado a pacientes sanos con esta peligrosa enfermedad.