Los parques josefinos albergaron anoche los cantos patrios y las luces de los faroles, como pequeños “oasis” donde se congregaron principalmente escolares acompañados de sus padres.
A las 6 p. m., Moravia cantó el Himno Nacional en las gargantas de escolares y sus progenitores.
Diez minutos después, llegó la antorcha que transportaron colegiales desde el Parque Central de San José hasta el resto de cantones de la provincia.
De Moravia, la tea siguió hacia Coronado. Mientras, otro grupo la llevó al parque de Guadalupe.
En esta ciudad, un puñado se congregó para cumplir con el mismo ritual patriótico.
San Pedro de Montes de Oca, Zapote y San Francisco de Dos Ríos tuvieron una idéntica cita anoche. En ninguno de esos lugares hubo multitudes.
El público fue suficiente para tener un digno festejo, pero sin un desborde de patriotismo.
En los alrededores de los parques josefinos, el bullicio de los carros en la hora pico impedía a los conductores enterarse de que algo sucedía en las comunidades donde la gente portaba faroles.
“Antes, el parque y las calles estaban repletos en la noche de faroles”, lamentó Kathya Arce, vecina de Moravia, quien llegó con sus hijos a la cita.
Donde sí hubo mayor respuesta fue en Heredia, San Ramón (Alajuela), Esparza (Puntarenas) y Nicoya (Guanacaste).
Sus habitantes alumbraron hasta 300 metros de calle con sus faroles.