En medio de las videocreaciones, las instalaciones y la variada oferta, 22 galerías de siete países de Latinoamérica disputan la atención del público, compuesto principalmente por importantes coleccionistas, críticos y curadores de todos los rincones del orbe.
Los más fuertes representantes de la región son Brasil, con siete galerías; Argentina, con dos de las casas de arte más consolidadas, y México, que reúne a cuatro.
Ana Quirós, de la galería Kunsthaus Santa Fe, de México, explicó que los artistas emergentes de Latinoamérica se enmarcan en una línea que busca reflejar en el arte la identidad latinoamericana, así como las diferencias políticas y sociales entre el primer y tercer mundos.
La Kunsthaus Santa Fe participa por primera vez en la feria como una forma de difundir a los artistas nuevos mexicanos.
Galerías como Emma Molina llaman la atención con su arte electrónico y video y fotografía digital. Esto mismo la convirtió, el año pasado, en uno de los espacios más llamativos de ARCO.
Tomas Andreu, de la Galería Animal, de Chile, comentó que la versión de Miami de Art Basel está atrayendo más a los artistas y comerciantes del arte contemporáneo latinoamericano.
La opinión de que ARCO pierde atractivo para los artistas latinos también fue destacaron por los diarios españoles El País y La Vanguardia .