“Lógicamente, mi estado en órbita es diferente al de la Tierra, pero reacciono adecuadamente y me he acostumbrado a esta situación”, dijo Ansari en una videoconferencia con la prensa desde el Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia, en las afueras de Moscú.
Rodeada de cosmonautas de Rusia, Estados Unidos y Alemania, Ansari afirmó que en ningún momento sintió mareos como ocurrió con la soviética Valentina Tereshkova, la primera mujer cosmonauta en la historia.
“Nada parecido me pasó”, afirmó la empresaria de 40 años, la primera mujer de los cuatro millonarios que han pagado al menos $20 millones por volar en las naves rusas Soyuz y pasar más de una semana a bordo de la EEI .
Ansari permanecerá en la EEI nueve días, lo que supone un récord, porque los tres turistas anteriores estuvieron solo ocho.
Añadió que a bordo del laboratorio está desarrollando todas las actividades que tenía pensado, inclusive un ciclo de experimentos para la Agencia Espacial Europa y el consorcio espacial ruso Energía.