Ya los guardaparques no serán quienes se encarguen del hospedaje y la alimentación de los turistas que visiten el Parque Nacional Chirripó; esa será tarea de los vecinos de las comunidades cercanas.
Esto, gracias a la entrada en operación de la concesión de servicios no esenciales, que se definen como aquellos servicios que distan de los objetivos de conservación del área silvestre protegida; es el caso de alojamiento, alimentación, alquiler de equipo, tienda de recuerdos y acarreo de equipaje y materiales.
Con la concesión adjudicada al Consorcio Aguas Eternas, Chirripó se convierte en el primer parque nacional en firmar un contrato de este tipo con organizaciones comunales. Con ello, se pretende beneficiar tanto el área protegida como a sus vecinos.
Así las cosas, y a partir del 23 de junio, los turistas deberán ponerse en contacto con el Consorcio Aguas Eternas (teléfono: 2742-5097 o correo electrónico: infochirriposervicios@gmail.com) para coordinar su viaje. Eso sí, la admisión al parque sigue a cargo de los guardaparques.
Bernal Valderramos, administrador del Parque Nacional Chirripó, conversó con La Nación para ahondar en algunos detalles.
¿Qué es la concesión de servicios no esenciales?
Es un mecanismo que permite a un tercero brindar al público servicios que son accesorios y el Estado no está obligado a darlos porque no son trascendentales para cumplir con los objetivos de conservación del área silvestre protegida.
”Tal posibilidad se le adjudica a ese tercero mediante los mecanismos de contratación administrativa del Estado. Aplica un procedimiento legalmente diseñado que le da legalidad”.
En Chirripó, ¿cuáles actividades fueron concesionadas?
Se definieron cinco actividades: los servicios de alojamiento, alimentación, acarreo de equipaje y materiales, una tienda de suvenires y también el alquiler de equipos como bastones, cobijas, bolsas de dormir y otros artículos que el usuario pudiera requerir.
¿Cuántas comunidades, familias o personas se verán beneficiadas con esta concesión?
El concesionario se compone de tres asociaciones comunales: la Asociación de Desarrollo de San Gerardo de Rivas, la Asociación de Arrieros, Guías, Porteadores y Cocineros de San Gerardo de Rivas y la Cámara de Turismo Rural Comunitario de Chirripó.
”Por ejemplo, solo los arrieros son cuatro comunidades, 70 familias, unas 500 personas.
”Otras personas se beneficiarán por los empleos directos e indirectos. De hecho, una de las políticas que está manejando este consorcio es emplear mano de obra local para cubrir los puestos de trabajo.
”Estamos hablando de cocineros, guías, arrieros y personal administrativo que va a encontrar una opción de trabajo y eso va a a dinamizar la economía local”.
¿Cuál es la expectativa de ustedes para este año?
Este es un proceso que empezamos en el 2008 y por eso, en primera instancia, nuestra expectativa es poner en funcionamiento la concesión, así como generar experiencia en temas de fiscalización, controles y calidad de servicio.
¿Qué beneficios trae esta concesión a la comunidad?
Nosotros siempre hemos visto a Chirripó y las áreas protegidas como agentes dinamizadores de la economía, como catalizadores de desarrollo, y creemos que, en este caso, la concesión cumple esa función, porque al prestar ellos esos servicios accesorios, van a generar recursos y fuentes de empleo que obviamente tendrán un impacto directo en la calidad de vida de las personas que viven allí.
Y a ustedes como guardaparques, ¿en qué les beneficia?
Nosotros perseguimos tres grandes metas con la concesión. Una es mejorar la calidad de servicio. Así, servicios que actualmente el Estado no puede dar con los debidos estándares de calidad, irán a manos de un tercero que sí debe cumplir con ciertos estándares, según el contrato adjudicado. Entonces, el usuario se beneficiará con un mejor servicio.
”Lo segundo es que, en manos de la comunidad, se va a generar un desarrollo local, y lo tercero es que se van a mejorar los procesos de recaudación de ingresos para el área protegida, porque parte del canon debe reinvertirse en el mismo parque que lo está generando y eso implica más recursos para invertir en la gestión del área.
”Otro tema importante es que se estará liberando al funcionario de las cargas de la visitación turística. Entonces ya no tendrá que encargarse de limpiar baños y acomodar habitaciones, sino que podrá dedicarse a actividades propias de su cargo como monitoreo ecológico, recorridos en la red de senderos, patrullajes de control y vigilancia.
”El funcionario va a dedicarse a actividades más orientadas a la conservación del área protegida que, en el fondo, es lo que buscamos como parque nacional.
”Lo mismo pasará con los voluntarios: ya no se dedicarán a la atención de turistas, sino que acompañarán al funcionario en labores de conservación”.
¿Podría convertirse Chirripó en un ejemplo para otros parques nacionales o refugios?
Pienso que sí. No hay experiencias de concesión de servicios no esenciales en áreas silvestres protegidas en el país. Entonces, Chirripó sí puede ser ejemplo para otros por la mejora en el servicio turístico, pero principalmente por el enfoque de cuidado a la conservación.
”Estamos logrando que los grupos comunales sean aliados y sean ellos los que presten el servicio, con lo cual impactarán en la calidad de vida de las comunidades.
”No podemos pensar en una conservación con hambre. Creo que la concesión puede fortalecer ese equilibrio y el parque puede ser un ejemplo de que la conservación con gente tiene resultados positivos para el ambiente”.