En el sector agrícola, la producción cafetalera es responsable del 25% de las emisiones de carbono que contribuyen al cambio climático.
Con tal de reducir este porcentaje, ayer se lanzó un proyecto para ayudar a 800 productores y diez beneficios a disminuir sus emisiones de carbono sin afectar su producción y competitividad.
La iniciativa es impulsada por el Ministerio de Ambiente (Minae), el Ministerio de Agricultura (MAG) y el Instituto del Café (Icafé). Se llama Promoción del crecimiento verde y bajo carbono en el sector cafetalero .
Para el plan hay disponibles $2 millones del Fondo Multilateral de Inversiones, del Banco Interamericano de Desarrollo (Fomin-BID), que aportó $1,2 millones; el resto es una contrapartida del Estado.
Los fondos serán ejecutados por Fundecooperación y permitirán financiar acciones, entre las cuales está el manejo de aguas residuales, el uso de desperdicios agrícolas como ‘combustible’ para los hornos de secado, modificaciones en la técnica de aplicación de fertilizantes y el aprovechamiento de los residuos para hacer subproductos, entre ellos, infusión (tipo té) con pulpa.
También se incentivarán los cafetales con árboles, ya que estos no solo capturan carbono sino que dan sombra al cultivo.
Eso se hará a través del Pago de Servicios Ambientales (PSA), programa que existe desde 1994 y que paga al propietario de la finca por no talar el bosque. Este PSA de Café es una extensión de este programa administrado por el Fondo de Financiamiento Forestal (Fonafifo).
A esa combinación de cultivos y árboles se le conoce como sistemas agroforestales, los cuales permitirán al país incrementar su cobertura forestal hasta alcanzar un 58% del territorio nacional (actualmente, es un 52,4%). Esto se traducirá en una mayor capacidad del país para capturar y almacenar carbono.
Según el ministro de Ambiente, René Castro, este conjunto de acciones en café no implicará un costo adicional para los productores o para los consumidores, tampoco hay una pérdida de calidad.
“Cuando usted usa menos agua, energía, insumos agrícolas y planifica mejor el transporte del producto reduce los costos y eso se llama ecoeficiencia”, dijo Castro.
“Nosotros esperaríamos, sobre todo porque el café es un producto que se cotiza en mercados internacionales que reconocen esos esfuerzos, una diferenciación de precios”, agregó la viceministra de Agricultura, Tania López.
NAMA Café. Los fondos aportados por Fomin-BID servirán para financiar casos que sirvan de piloto por tres años para estudiar medidas en el campo y comprobar su efectividad.
Por esa razón, y según Marianella Feoli de Fundecooperación, se buscaron productores y beneficios de diferentes zonas del país y con diversas realidades para tener una muestra representativa del sector.
Según Feoli, también se probará el sistema de métrica para contabilizar las emisiones y verificar la eficacia de las acciones tomadas.
Este proyecto es tan solo la primera parte de un esfuerzo más grande conocido como Acciones de mitigación nacionalmente apropiadas (NAMA, por sus siglas en inglés) para el sector café, el cual tomará diez años.
Si bien Costa Rica planteó la idea del NAMA Café durante las cumbres del clima realizadas en Durban (Sudáfrica) en 2011 y en Doha (Catar) en 2012, no fue sino hasta la cumbre de Varsovia (Polonia), en 2013, que se fue estructurando.
Implementar este NAMA Café requerirá una inversión de $30 millones. Ya se tienen los primeros $2 millones correspondientes a esta primera etapa y, según Feoli, se buscará contar con apoyo del NAMA Facility que es un mecanismo financiero creado por Alemania e Inglaterra.
“La idea de contar con fondos del NAMA Facility, sumados a la contrapartida del sector cafetalero, es financiar el escalamiento de lo que se haga a nivel de piloto para alcanzar a todo el sector que consta de 52.000 productores”, dijo Feoli.
“Ojalá podamos replicarlo no solo aquí sino a nivel regional”, dijo Ronald Peters, del Icafé, en referencia a que el país puede funcionar como laboratorio de iniciativas similares en Centroamérica.
Este es el primero de cinco NAMA que Costa Rica impulsa como parte de la estrategia para alcanzar la carbono neutralidad en el 2021. Los otros NAMA están dirigidos a los sectores ganadería, vivienda, residuos sólidos y transporte.