Al norte de Costa Rica, casi en la frontera que lleva a aguas internacionales, una zona marina es tan rica en alimento que atrae a ballenas azules y tortugas baula.
Se trata del Domo de Centroamérica, un área dinámica que se mueve entre aguas internacionales y las aguas territoriales de Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y México.
Este domo no solo captó la atención de ballenas y tortugas. Un grupo de científicos, en el que destaca la oceanógrafa y exploradora residente de National Geographic Society, Sylvia Earle, se encuentra en el país para realizar una expedición que pretende conocer su importancia ecológica y comercial.
Asimismo, sus datos ayudarán a impulsar una iniciativa que pretende lograr la protección internacional del área marina en el marco de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB).
“¿Cómo lograr un acuerdo? Pues con esperanza”, dijo Earle minutos después de anunciar la inclusión del Domo de Centroamérica como “ Sitio de Esperanza” , una campaña de Mission Blue , la organización que ella preside y que trabaja en concientizar sobre la relevancia de la conservación marina.
La primera parte de la expedición tiene por escenario playa Grande, que forma parte del Parque Nacional Marino Las Baulas, en Guanacaste, por ser uno de los principales sitios de anidación de la tortuga baula ( Dermochelys coriacea ). El objetivo es conocer su ruta migratoria y la conectividad que existe entre las costas y altamar.
Acompañando a Earle están George L. Shillinger, experto en tortugas de la Universidad de Stanford, y el documentalista Kip Evans, quien ha trabajado para National Geographic. Como científico nacional participa Erick Ross, gerente de Ciencias de MarViva.