San Gerardo de Rivas, la comunidad al pie del Parque Nacional Chirripó, se movía entre la sorpresa y la tensión cuando en el 2007 empezó a escuchar la palabra concesión, ligada a los servicios para turistas en esa área protegida que, por años, ha sustentado la economía local.
No era para menos. La licitación pública de servicios no esenciales en el Parque podía verse como amenaza, si la ganaba una empresa ajena a la zona o, como una oportunidad para los vecinos, si entendieran del tema, que no era el caso.
“Lo que hicimos fue instruirnos y unirnos en comunidad, aunque fue un proceso complejo de siete años”, recordó Juan Carlos Ureña, vicepresidente del consorcio Aguas Eternas y uno de los responsables del servicio de arrieros, guías, cocineros y porteadores del Chirripó.
Fue así como líderes locales y pobladores empezaron un camino lleno de negociaciones, talleres y asambleas para aprender cómo se hacen contrataciones con el Estado y así poder concursar en el cartel de licitación que elaboró el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
La unión de los participantes fue sacudida en dos ocasiones, cuando les rechazaron su oferta. Pero la tercera fue la vencida; entonces se probó que lo imposible al final sí era posible.
“La gente de este país debe saber que las comunidades pueden manejar grandes proyectos. Vale la pena y es una forma en que ciudadanos comunes pueden adueñarse y construir un futuro para sus pueblos”, enfatizó Ureña.
Aguas Eternas calcula en 2.500 los empleos directos e indirectos en torno al Parque, de los cuales, el 85% están en el distrito de Rivas o el sector de Chirripó.
Para información de los servicios de Aguas Eternas, se puede llamar al 2742-5097 o en el sitio: www.perezzeledon.net/chirripo donde encontrará más datos.