Las consecuencias del cambio climático no vienen, ya se están viviendo en todo el mundo y en Costa Rica, estas se reflejan en el desabastecimiento de agua, los recortes de electricidad y el incremento de enfermedades.
En Centroamérica , la temperatura aumentó entre 0,7 °C y 1 °C desde 1970, mientras que las lluvias decrecieron un milímetro por día desde 1950.
Esas condiciones más calurosas y secas propician que la distribución geográfica del mosquito Aedes aegypti , transmisor del dengue, se amplíe. De esta manera, la enfermedad ya está presente en lugares donde antes no era tan común porque el frío le representaba una barrera natural.
Otro impacto de ese calor que favorece la evaporación y carencia de lluvias, se relaciona con el abastecimiento de agua para consumo humano, la irrigación de cultivos y la generación de electricidad. El 90% de esta producción viene de plantas hidroeléctricas.
En el escenario futuro, estos y otros impactos podrían acentuarse porque se prevé que la temperatura aumente entre 1,6 °C y 4,0 °C mientras que las lluvias podrían disminuir hasta un 22% en 2100.
Así lo dio a conocer el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en su informe Cambio climático 2014: impactos, adaptación y vulnerabilidad .
Este fue redactado por el Grupo de Trabajo II del IPCC, integrado por 243 autores, 436 colaboradores y 66 editores de 70 países, quienes son expertos en ciencias naturales y sociales, ingenierías, desarrollo y políticas públicas.
Este reporte corresponde a uno de los tres capítulos que integrará el Quinto Informe de Evaluación del IPCC, el cual se dará a conocer al público en Dinamarca en el mes de octubre.
Ya el Grupo de Trabajo I, encargado del capítulo científico, entregó su informe en 2013 y solo resta que el Grupo de Trabajo III, encargado de los temas de mitigación, dé el suyo la segunda semana de abril.
Vulnerables. Para el IPCC, no es solo que el cambio climático tiene sus impactos sobre los ecosistemas, sino que estos pueden agravarse debido a las decisiones tomadas por Gobiernos y personas.
Siguiendo con el ejemplo del dengue, no es solo que el mosquito está presente en más lugares sino que si no se habilita la infraestructura sanitaria requerida y se mejora la educación de las personas para eliminar los criaderos, la situación podría derivar en un alza en el número de casos, convirtiéndose en una emergencia de salud pública.
“La desigualdad económica se traduce en desigualdad en el acceso a agua, sanidad y una vivienda adecuada, particularmente para los grupos más vulnerables, lo cual deriva en menos capacidades de adaptación al cambio climático”, dicta el último reporte del IPCC.
En este sentido, la lucha contra el cambio climático consiste en disminuir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que se liberan a la atmósfera y a reducir las vulnerabilidades para para no empeorar las cosas.
“Esta es una historia con dos desenlaces, uno que habla de ‘inacción’ y otro ‘del momento para hacer cambios’. El desenlace, sin duda, está determinado por nuestras elecciones de hoy”, declaró la costarricense Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención del Clima de Naciones Unidas, a AFP .
Aprender a adaptarse. El cambio climático no se puede detener y por eso el IPCC habla de adaptación para aprender a vivir en el nuevo escenario.
El informe señala la necesidad de que las ciudades modifiquen sus planes de urbanismo y la infraestructura para tratar y distribuir el agua. En agricultura, se deberán buscar variedades más resistentes a condiciones de sequía o lluvias extremas.
Otra medida es fortalecer las áreas silvestres protegidas para seguir contando con servicios ambientales como captura de GEI, protección de fuentes de agua y biodiversidad.