La meta de Costa Rica a mediano plazo es eliminar los plásticos de un solo uso (como removedores de café, pajillas y bolsas de empaque), pero esto requiere un proceso de transición.
“No vamos a lograr eliminar el plástico de un solo uso de la noche a la mañana, pero el objetivo es empezar este año a desincentivarlo ”, comentó el viceministro de Aguas, Mares, Costas y Humedales, Fernando Mora.
En este sentido, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), el Ministerio de Salud (Minsa) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) unieron fuerzas en un plan para desaparecer paulatinamente estos plásticos, empezando en los cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM).
“Este frente de trabajo pretende trabajar en la prevención. Nuestra idea es llegarle a la gente para que tenga noción del grave impacto de la mala disposición de residuos”, dijo Mora.
Impacto. Según Kifah Sasa, Oficial de desarrollo sostenible y resiliencia del PNUD, solo el 5% del plástico se recicla en el mundo, la mayor parte de este termina en las costas y océanos.
“Para el 2050, se calcula que habrá más plásticos que peces”, alertó Sasa.
En Costa Rica, según datos del Minsa, aproximadamente 110 toneladas diarias de plástico contaminan el medio ambiente, muchos de estos solo tuvieron un uso antes de ser desechados.
Para Marco Luconi, presidente de la Asociación Costarricense de la Industria del Plástico (Aciplast), el problema no es el material sino la mala disposición de los residuos.
“ Todo el plástico es reciclable y estos son materiales valorizables, incluso los removedores de café y las pajillas”, dijo Luconi y agregó: “Por la falta de mecanismos efectivos de reciclaje, se desestimula la acción de separar los residuos en los hogares y terminamos enterrando plata y oportunidades de empleo en los rellenos sanitarios del país”.
Con respecto a los plásticos de un solo uso, la Dirección de Gestión de Calidad Ambiental (Digeca) de Minae dice que son aquellos que sirven para empacar. “No son parte del producto desde su embalaje, si no que se ofrecen por conveniencia del consumidor para su traslado o consumo inmediato del producto”, detalla Digeca.
Según Luconi, estos plásticos son reutilizables. “El tema de un solo uso es tan relativo, porque se puede tener una botella de vidrio de un solo uso y una bolsa plástica que se reutilice para botar la basura. No es el material, la cuestión es el uso que usted le da a ese material”, insistió.
Acciones. En Costa Rica ya existe un proyecto de ley , expediente N.° 18.349, que prohibiría la entrega gratuita de bolsas plásticas por parte de los comercios a sus clientes.
Los establecimientos que infringieran esta norma se expondrían a una multa de 20 a 100 salarios base (un salario base asciende a ¢403.400).
La disposición regiría cinco años después de su aprobación en la Asamblea Legislativa.
El proyecto impulsado por Minae, Minsa y PNUD estaría adelantándose en preparar a la ciudadanía en caso de entrar a regir dicha norma, aunque sus planteamientos son independientes al proyecto de ley.
A partir de este miércoles, por ejemplo, se realizarán una serie de talleres con alcaldes y regidores para formular medidas que se puedan implementar en el corto plazo, sin necesidad de una ley.
Según Sasa, las municipalidades podrían recurrir al reglamento de patentes para prohibir que los comercios regalen bolsas plásticas a sus clientes y más bien deban venderlas.
Otro ejemplo de medida municipal es dar un incentivo tributario a aquellos comercios que no usen este tipo de plásticos en sus establecimientos.
Para el jueves está prevista una reunión con comercios minoristas y así impulsar una carta de compromiso donde voluntariamente estos aceptan no utilizar plásticos de un solo uso en sus negocios.
Asimismo, y según Sasa, se convocará a grandes empresas para que apoyen un esquema de incentivos para que estos comercios minoristas dejen de regalar bolsas plásticas y más bien promuevan empaques confeccionados con papel o tela.
El proyecto también contempla promover la utilización de materiales biodegradables, confeccionados a partir de resinas de origen agrícola, como sustitución de los plásticos.
Hacia un plan. Según Mora, todas estas medidas y otras que saldrán de los talleres servirán para construir un plan nacional orientado a desincentivar el uso de estos plásticos.
“Eso convertiría a Costa Rica en el primer país en tener un plan nacional sobre este tema. No puede seguirse tratando el problema del plástico con limpiezas de ríos, que son esfuerzos muy loables, pero necesitamos eliminar el material que realmente causa el problema”, destacó Sasa.
Tanto Mora como Sasa coinciden que esta meta trasciende una administración gubernamental.
“La lógica detrás de la iniciativa es ir sumando a actores e integrarlos al proceso para garantizar la continuidad. Todos están invitados a unirse”, dijo Mora.
Los ministerios y PNUD han estado reuniéndose con organizaciones y empresas que han promovido campañas o acciones en este sentido.